martes, 20 de marzo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 19/03/2018




SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

Sabado 19 Marzo






 San JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA:    DÍA DEL SEMINARISTA 







Papa Francisco: Hoy,19 de marzo, celebramos la fiesta solemne de san José, que se merece todo nuestro reconocimiento y nuestra devoción por el modo en que supo custodiar a la Virgen\ Santa y al Hijo Jesús. Ser custodio es la característica de san José: es su gran misión, ser custodio. Hoy quisiera retomar el tema de la custodia según una perspectiva especial: la dimensión educativa. Miremos a José como el modelo del educador, que custodia y acompaña a Jesús en su camino al crecimiento «en sabiduría, edad y gracia», como dice el Evangelio. Él no era el padre de Jesús: el Padre de Jesús era Dios, pero él hacía de papá de Jesús, hacía de padre de Jesús para ayudarle a crecer. ¿ Como le ayudó a crecer? En sabiduría, edad y gracia.

PALABRA:
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús llamado Cristo. La generación de Jesucristo fue de esta manera María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.



ORACIÓN:
2Samuel 7,4-5a.12-14a.16; Salmo 88,2-5.27.29; Romanos 4,13.16-18-22
MATEO 1,16.18-21-24
JESÚS, Verbo encarnado en María, la santísima esposa de José, el hombre justo que se fió plenamente de Dios, sin entender casi nada. Yo no, yo quiero razonarlo todo y quedarme sólo con lo que entra en el estrechísimo embudo de mi razón. Pero ante la grandeza de José, que se rinde gozoso a la fe plena en la palabra de Dios, quiero hacer lo que cada día me manda el ángel del Señor, mi ángel de la guarda: creer lo que dice Dios, aunque no lo entienda. Por tu Misericordia, concede esa fe a tu Iglesia, y en especial a los seminaristas, los Esposos y papás, los moribundos... de los que José es Patrón. (Sigue tu oración personal).












lunes, 19 de marzo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 18/03/2018

Cuaresma/5° Salterio1ª Semana.Tomo II
Viernes 18 Marzo






Santos CIRILO DE JERUSALÉN ob de,
Salvador de Horta rl, Eduardo re






Papa Francisco: Cuando nuestro corazón es de piedra, tomamos piedras de verdad en la mano y apedreamos a Jesucristo en las personas de nuestros hermanos, especialmente los más débiles.
! Cambia, Señor, nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, misericordioso como el tuyo!

PALABRA:
Los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿ por cuál de ellas me apedreáis?». Los judíos le contestaron: «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios». Jesús les replicó: «¿No está escrito en vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura),  a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque dice que es Hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre». Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decian: «Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad».Y muchos creyeron en él allí.


ORACIÓN:
Jeremías 20,10-13; Salmo 17,2-7 • JUAN 10,31-42
CRISTO, ¿cómo soy tan necio que te apedreo con mis pecados, cuando veo que todo lo haces bien, para todos y para mí? Quiero estar siempre de tu parte, disfrutando de la naturaleza divina que me regalaste con mi bautismo, simbolizada en la vestidura blanca. Tu misericordia quiere preservar mi blancura, y yo también lo quiero. (Sigue tu oración personal).

Aunque no me creáis a mí,

creed a las obras.










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