Tiempo Pascual VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA
VIERNES 30 MARZO
Santos Juan Clímaco ab, Antonio Daveluy ab mr,
Leonardo Murialdo pb, Julio Álvarez pb mr, Zósirno ab
PALABRA:
Los discípulos de Jesús iban a una aldea llamada Emaús. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?». Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaran. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel.Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Algunas mujeres fueron muy de mañana al sepulcro y encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Entonces Jesús dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?».Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída ..........Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos,
tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero desapareció.Ellos comentaron: ¿ no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». ORACIÓN:
Hechos 3,1-10 Salmo 104,1-9 • LUCAS 24,13a.15-17a.19b-32
JESUCRISTO RESUCITADO, tú, que todo lo puedes y tanto me quieres, me sales al paso para que te reconozca resucitado: con tu Palabra, tu Misericordia y tu gesto de partir el pan me alientas a creer y ser misericordioso. (Sigue tu oración personal).