LUNES 4 ABRIL
Beato José Benito Dusmet ob
Papa Francisco: María concibió a Jesús en la fe, y después en la carne, cuando dijo"sI" al anuncio que Dios le dirigió mediante el ángel. ¿Qué quiere decir esto? Que Dios no ha querido hacerse hombre ignorando nuestra libertad, ha querido pasar a través del consentimiento de María, a través de su "sí". Lo que ha ocurrido en la Virgen Madre de manera única, también sucede en nosotros en el plano espiritual cuando acogemos la Palabra de Dios con corazón bueno y sincero. Madre, te damos gracias por tu fe de mujer fuerte y humilde; y renovamos nuestra entrega a ti, Madre de nuestra fe.
PALABRA:
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David: la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».Y la dejó el ángel.
ORACIÓN:
Isaías 7,10-14; 8,10; Salmo 39,7-11; Hebreos 10,4-10 • LUCAS 1,26-38
VERBO ENCARNADO HIJO DEL PADRE ETERNO: doblo mi rodilla ante la grandeza de tu Misericordia, que te ha llevado a pedir a María un lugar en su seno para asumir nuestra naturaleza . Y María aceptó plenamente ¡Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra! Yo te digo en este día y quisiera decirlo todos los días: Aquí está tu esclavo, tu esclava; que mi vida sea la práctica de tu palabra.Tu encarnación fue el principio de la redención universal. Que mi rendimiento a tu voluntad sea el clima de mi santificación. (Sigue tu oración personal).