lunes, 9 de abril de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA EL DOMINGO 08/04/2018

Tiempo Pascual/2° ABRIL      Salterio 2° Semana. Tomo II
Domingo 8 Abril































Santos Dionisio de Corinto ob, Julia Billiart vg,

Ágabo NT



Papa Francisco: ¿Cómo es posible que demos de comer a una multitud? «No tenemos más que cinco panes y dos peces». Pero Jesús no se desanima: pide a los discípulos que hagan sentarse a la gente, eleva los ojos al cielo, reza la bendición, parte los panes y los da a los discípulos para que los distribuyan. Es un momento de profunda comunión: la multitud saciada por la palabra del Señor se nutre ahora por su pan de vida. Y todos se saciaron. Nosotros somos la multitud del Evangelio, también nosotros buscamos seguir a Jesús para escucharle, para entrar en comunión con Él en la Eucaristía, para acompañarle y para que nos acompañe. Preguntémonos: ¿Cómo sigo yo a Jesús? Jesús habla en silencio en el Misterio de la Eucaristía y cada vez nos recuerda que seguirle quiere decir salir de nosotros mismos y hacer de nuestra vida no una posesión nuestra, sino un don a Él y a los demás.





PALABRA:
Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos,Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo».Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.


























ORACIÓN:
Hechos 5,34-42; Salmo 26,1-4.13-14 • JUAN 6,3 15 JESUCRISTO, tu Misericordia llega a todo mi ser: no sólo me das la salvación eterna, también buscas mi alimento corporal. Mi escaso pan de cebada y los dos peces se convierten en tus manos en pan candeal, anuncio de tu Cuerpo sacramental. (Sigue tu oración personal)












domingo, 8 de abril de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 07/04/2018

Tiempo Pascual/2° Salterio 2° Semana. Tomo II  ABRIL
Sábado 7   ABRIL








Santos JUAN B. DE LA SALLE pb,

Teodoro oh, Germán José ph, Pedro Nguyén Van Luu ph mr



Papa Francisco:  [El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra]. Nosotros cristianos vivimos en el mundo, plenamente incorporados en la realidad social y cultural de nuestro tiempo, y es justo que sea así; pero esto comporta el riesgo de convertirnos en «mundanos», el riesgo de que «la sal pierda el sabor», como diría Jesús. Tendría que ser al contrario: cuando en los cristianos permanece viva la fuerza del Evangelio, ella puede transformar «los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida» (Pablo VI). Es triste encontrar cristianos que ya no son la sal de la tierra, y sabemos que cuando la sal pierde su sabor ya no sirve para nada. Su sal perdió el sabor porque se entregaron al espíritu del mundo, es decir, se convirtieron en mundanos.








PALABRA:
Dijo Jesús: «El que viene de lo alto está por encima de todos.
El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que
 viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él».







ORACIÓN:
Hechos 5,27-33; Salmo 33,2.9.17-20 • JUAN 3,31-36
JESUCRISTO, yo creo firmemente que tú eres el Hijo de Dios, el Señor. Por eso espero la vida eterna, que ya ha comenzado. Todo lo ha puesto el Padre en tus manos:  también mi vida y mi salvación. Todo lo bueno es fruto de tu infinita Misericordia. (Sigue tu oración personal).

El que Dios envió habla las palabras de Dios,

porque da el Espíritu con medida.










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