martes, 10 de abril de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 09/04/2018

Tiempo Pascual/2° Salterio II Semana. Tomo II
LUNES 09/ABRIL



Santos Casilda vg, Hugo ob, Liborio ob, Máximo ob


Papa Francisco: La gracia contenida en los Sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales. Pero todo esto pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito cambiarme en ese aspecto mío que no es bueno, que puede hacerme mal a mí y a los demás, permito que la victoria de Cristo se afirme en mi vida, que se ensanche su acción benéfica. ¡Este es el poder de la gracia! Sin la gracia no podemos hacer nada. ¡Sin la gracia no podemos hacer nada! Y con la gracia del Bautismo y de la Comunión eucarística puedo llegar a ser instrumento de la misericordia de Dios, de la bella misericordia de Dios.


PALABRA:
Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron. Pero él les dijo: «Soy yo, no temáis». Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra enseguida, en el sitio a donde iban.

ORACIÓN:
Hechos 6,1-7; Salmo 32,1-5.18-19 • JUAN 6,16-21
JESUCRISTO, caminas sobre las aguas, pisoteas la muerte de la que has triunfado, y me tu has hecho partícipe de tu triunfo. Por eso acojo con inmenso gozo tu palabra: Soy yo, "no temas". No tengo miedo, tu Misericordia me acompaña. (Sigue tu oración personal).






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lunes, 9 de abril de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA EL DOMINGO 08/04/2018

Tiempo Pascual/2° ABRIL      Salterio 2° Semana. Tomo II
Domingo 8 Abril































Santos Dionisio de Corinto ob, Julia Billiart vg,

Ágabo NT



Papa Francisco: ¿Cómo es posible que demos de comer a una multitud? «No tenemos más que cinco panes y dos peces». Pero Jesús no se desanima: pide a los discípulos que hagan sentarse a la gente, eleva los ojos al cielo, reza la bendición, parte los panes y los da a los discípulos para que los distribuyan. Es un momento de profunda comunión: la multitud saciada por la palabra del Señor se nutre ahora por su pan de vida. Y todos se saciaron. Nosotros somos la multitud del Evangelio, también nosotros buscamos seguir a Jesús para escucharle, para entrar en comunión con Él en la Eucaristía, para acompañarle y para que nos acompañe. Preguntémonos: ¿Cómo sigo yo a Jesús? Jesús habla en silencio en el Misterio de la Eucaristía y cada vez nos recuerda que seguirle quiere decir salir de nosotros mismos y hacer de nuestra vida no una posesión nuestra, sino un don a Él y a los demás.





PALABRA:
Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos,Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo».Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.


























ORACIÓN:
Hechos 5,34-42; Salmo 26,1-4.13-14 • JUAN 6,3 15 JESUCRISTO, tu Misericordia llega a todo mi ser: no sólo me das la salvación eterna, también buscas mi alimento corporal. Mi escaso pan de cebada y los dos peces se convierten en tus manos en pan candeal, anuncio de tu Cuerpo sacramental. (Sigue tu oración personal)












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