martes, 17 de abril de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 16/04/2018

Salterio 3° Semana. Tomo II Tiempo Pascual/3°
LUNES 16 ABRIL








Santos Engracia y co mrs, Bernardita Soubirous vg,
Benito José Labre tf; Toribio de Astorga ob

Papa Francisco: Jesús nos pide que respondamos a su propuesta de vida, que decidamos cuál es el camino que queremos recorrer para llegar a la verdadera alegría. Se trata de un gran desafío para la fe. Jesús no tuvo miedo de preguntar a sus discípulos si querían seguirle de verdad o si preferían irse por otros caminos (cf. In 6,67). Y Simón, llamado Pedro, tuvo el valor de contestar: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna» Un 6,68). Si sabéis decir"sí" a Jesús, entonces vuestra vida se llenará de significado y será fecunda.



PALABRA:
Muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?». Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios».


ORACIÓN:
Hechos 9,31-42; Salmo 115,12-17 • JUAN 6,60-69
JESUCRISTO, sólo tú tienes palabras de vida eterna. Mi alimento espiritual de cada día es tu palabra, que es espíritu y es vida, aunque mi fe sigue siendo débil. Pídele al Padre que me conceda permanecer siempre contigo. Yo, con la prontitud y debilidad de Pedro, te digo hoy, admirado de tu Misericordia: Fuera de ti, Santo consagrado por Dios, ¿a quién voy a acudir? En la oración personal te daré mi respuesta. (Sigue tu oración personal).

Señor, ¿a quién vamos a acudir?



Tú tienes palabras de vida eterna.

















lunes, 16 de abril de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 15/04/2018

Salterio 3° Semana. Tomo II Tiempo Pascual/3°
DOMINGO 15 ABRIL






Santos Damián de Molokai p1, Abundio d; Teodoro y
Pausilipo mrs



Papa Francisco: A través de la Eucaristía, Cristo quiere entrar en nuestra existencia e impregnarla con su gracia, de tal modo que en cada comunidad cristiana exista esta coherencia entre liturgia y vida. El corazón se llena de confianza y esperanza pensando en las palabras de Jesús citadas en el Evangelio: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día» (Jn 6,54). Vivamos la Eucaristía con espíritu de fe, de oración, de perdón, de penitencia, de alegría comunitaria, de atención hacia los necesitados y hacia las necesidades de tantos hermanos y hermanas, con la certeza de que el Señor cumplirá lo que nos ha prometido: la vida eterna.


PALABRA:
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.


ORACIÓN:
Hechos 9,1-20; Salmo 116,1-2 • JUAN 6,52-59
JESUCRISTO, yo quiero a toda costa lo único necesario, que es vivir en tu amistad en este mundo y continuar en la vida eterna, cara a cara contigo. Y tú me descubres hoy el secreto para conseguir mi mayor deseo: comer tu carne y beber tu sangre. Lo hago cada domingo, o cada día, en la comunión. Pero ¿tengo siempre esa fe viva en tu presencia real, en tu poder como fuente de vida eterna, y en el amor al mejor Amigo? Algo creo, pero, por tu Misericordia, aumenta mi fe. (Sigue tu oración personal).

El que come mi carne y bebe mi sangre

y  habita en mí y yo en él.









                       

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