TIEMPO PASCUAL/4ª SALTERIO 4º SEMANA.TOMO II
MIÉRCOLES 18 ABRIL
Santos Eusebio ob, Anastasia vd, Perfecto pb mr.
Beatos Andrés Hibernón rl, María de la Encarnación mf rl
Papa Francisco: La imagen de la puerta se refiere a la de la casa, del hogar doméstico, donde encontramos seguridad, amor, calor. Jesús nos dice que existe una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con Él. Esta puerta es Jesús mismo: Él es la puerta. Él es el paso hacia la salvación. Él conduce al Padre. Y la puerta, que es Jesús, nunca está cerrada, esta puerta nunca está cerrada, está abierta siempre y a todos, sin distinción, sin exclusiones, sin privilegios. «Pero, Padre, seguramente yo estoy excluido, porque soy un gran pecador". ¡No, no estás excluido! Precisamente por esto eres el preferido, porque Jesús prefiere al pecador, siempre, para perdonarle, para amarle. Jesús te está esperando para abrazarte, para perdonarte. Todos están invitados a cruzar esta puerta, a atravesar la puerta de la fe, a entrar en su vida, y a hacerle entrar en nuestra vida, para que Él la transforme, la renueve, le dé alegría plena y duradera.
PALABRA:
Dijo Jesús: «Os aseguro que el que no entra por la puerta en el
aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».
ORACIÓN:
Hechos 11,1-18; Salmo 41,2-3; 42,3-4 • JUAN 10,1-10
JESUCRISTO, tú eres la puerta de la Vida, no hay otra entrada ni otro camino hacia la felicidad que todos anhelamos. Hay falsos maestros que ofrecen rutas que prometen la libertad y el placer, pero llevan a la esclavitud y la desgracia. Que nunca me deje embaucar. Me lo dices bien claro y yo me aferro a tu palabra de salvación, que tu Misericordia me ofrece y yo acepto con gozo y gratitud. (Sigue tu oración personal).