domingo, 22 de abril de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 21/04/2018

Salterio 4° Semana. Tomo II      Tiempo Pascual/4°
Sábado 21 Abril





Santos ANSELMO ob dc, Anastasio ab,
Conrado de Parzham rl, Román Aclame pr mr  



Papa Francisco: [El que a mí me recibe, recibe al que me ha enviado]. Sólo el Resucitado es el verdadero Pastor que nos da la vida en abundancia. Invito a todos a tener confianza en el Señor que nos guía. Pero no sólo nos guía: nos acompaña, camina con nosotros. Escuchemos su palabra con mente y corazón abiertos, para alimentar nuestra fe, iluminar nuestra conciencia y seguir las enseñanzas del Evangelio. Recemos por los pastores de la Iglesia, por todos los obispos, incluido el obispo de Roma, por todos los sacerdotes, por todos. La llamada a seguir a Jesús es al mismo tiempo entusiasmante y comprometedora. Para que se realice, siempre es necesario entablar una profunda amistad con el Señor a fin de poder vivir de Él y para Él.





PALABRA: 
Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado". Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, recibe al que me ha enviado».


ORACIÓN:
Hechos 13,13-25; Salmo 88,2-3.21-27 • JUAN 13,16-20
JESUCRISTO, me consuela saber, por tus propias palabras, que sabes bien a quiénes has elegido, con la esperanza de que no sea mi caso el del traidor con quien compartiste tu pan. Porque confío ciega/luminosamente en tu Misericordia, pongo mi vida en tus manos: guárdame como a las niñas de tus ojos. (Sigue tu oración personal).







HOY DÍA LOS INTERESES ESTÁN POR ENCIMA DE LA RESPONSABILIDAD DE AYUDAR A LOS QUE REALMENTE NECESITAN RESPUESTAS


sábado, 21 de abril de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 20/04/2018

Tiempo Pascual/4°            Salterio 4° Semana. Tomo II
Viernes 20 Abril





Santos Inés de Montepulciano vg, Aniceto pp,
Secundino mr, Marcelino ob





Papa Francisco: La visión de los signos de Jesús precede a la fe, como en el caso de aquellos judíos que, tras la resurrección de Lázaro, «al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él» (in 11,45). Otras veces, la fe lleva a una visión más profunda: «Si crees, verás la gloria de Dios» (in 11,40). Al final, creer y ver están entrelazados: «El que cree en mí [...1 cree en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado» (Jn 12,44-45). Gracias a la unión con la escucha, el ver también forma parte del seguimiento de Jesús, y la fe se presenta como un camino de la mirada, en el que los ojos se acostumbran a ver en profundidad.





PALABRA: 
Jesús dijo, gritando: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado.Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado.
Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar.Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre».



ORACIÓN:
Hechos 12,24-25 - 13,1-5; Salmo 66,2-8 • JUAN 12,44-50
JESUCRISTO, tú eres la luz que alumbra mis pasos en el caminar por este mundo de tinieblas y falsos maestros. Pero temo escuchar y leer tu palabra y no cumplirla: tú  sabes que esa palabra de vida cae en mi débil vasija de barro. Ten misericordia de mí, ten paciencia conmigo. Tengo muy claro que jamás te rechazaré conscientemente. Creo en ti, y creo en el Padre que te ha enviado. Y os ofrezco mi vida para que, con el Espíritu, hagáis vuestra morada. (Sigue tu oración personal).

















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