jueves, 10 de mayo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 09/05/2018







Tiempo Pascual/7° Salterio 3° Semana. Tomo II
Miércoles 09 Mayo











Santos Isaías prof, Hermes NT, Pacomio ab, 
Catalina de Bolonia vg


Papa Francisco: El Espíritu que Jesús trae es el Espíritu de las bienaventuranzas, el Espíritu del Padre: «El Padre está conmigo». Y por esto «vence al mundo». Jesús es enviado por amor y Jesús ama. ¿Cuál es el amor de Jesús? Muchas veces hemos leído tonterías sobre el amor de Jesús. Pero el amor de Jesús es grande. Ante todo Jesús ama mucho al Padre en el Espíritu Santo. Es un amor misterioso y eterno. Sólo podemos pedir la gracia de poder verlo una vez, cuando nosotros estaremos allí. El segundo amor de Jesús es su Madre. Al final: con tantos dolores, tantos sufrimientos, desde la cruz pensó en su mamá y dijo: "Cuida de ella". Por último, el tercer amor de Jesús es la Iglesia, su esposa por amor: hermosa, santa, pecadora, pero la ama igualmente. El amor de Jesús hace fecunda a su esposa, hace fecunda a la Iglesia con nuevos hijos, bautismos. Y la Iglesia crece con esta fecundidad nupcial del amor de Jesús. Sin embargo algunas veces el Señor no envía hijos: es una prueba.




PALABRA:
Dijeron los discípulos a Jesús: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que
te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios». Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».

ORACIÓN:
Hechos 19,1-8; Salmo 67,2-7 • JUAN 16,29-33
JESUCRISTO, los apóstoles te dejaron solo y huyeron. Y yo también. Pero tú me dices: Yo nunca estoy solo, porque está conmigo el Padre. Por mi parte, abandonarte es una ingratitud que sólo tu amor puede perdonar. Pero es además una actitud suicida, porque sin ti sólo tengo el pecado y la muerte. Por eso, me conforta tu Palabra llena de Misericordia: «Ten valor, yo he vencido al mundo». Y quieres hacerme partícipe de tu victoria. (Sigue tu oración personal).

yo no estoy solo, porque está conmigo el Padre.

Os he hablado de esto,

para que encontréis paz en mí.




 


           

martes, 8 de mayo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 08/05/2018



Ascensión del Señor Tomo II Martes 8 de Mayo











Santos Victor mr,Eladio oh, Arsenio di,

Ntra.Sra de los Desamparados, de Lujan, del Toro


Papa Francisco: Con la Ascensión, el Hijo de Dios llevó junto al Padre nuestra humanidad que Él asumió y quiere atraer a todos hacia sí, llamar a todo el mundo para que sea acogido entre los brazos abiertos de Dios, para que, al final de la historia, toda la realidad sea entregada al Padre. Debemos tener claro, en nuestra vida cristiana, que entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad cotidiana a su voluntad, también cuando requiere sacrificio, requiere a veces cambiar nuestros programas.





PALABRA:
• Hechos 1,1-11: En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que  dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos les recomendó Jesús: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo». Dicho esto, lo vieron levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse». 





 Salino 46,2-3.6-9: Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.








Efesios 1,17-23: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro.Y todo lo puso bajo sus pies y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.



LUCAS 24,46-53: Dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.Y vosotros sois testigos de esto.Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto». Después los sacó hacia Betania, y levantando las manos, los bendijo.Y mientras los bendecía, se separó de ellos (subiendo hacia el cielo). Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

ORACIÓN:
JESUCRISTO, dejas para decirlo a la hora de partir tu mejor síntesis de tu paso por este mundo. 1. Tu pasión y muerte, después de una vida entregada al Reino. 2. Tu resurrección al tercer día, con la victoria sobre el pecado y la muerte. 3. El anuncio del  kerigma para la conversión de los pecadores de toda la humanidad. 4. La promesa del Espíritu Santo, la fuerza de lo alto prometida por el Padre. ¡Has cumplido a la perfección el programa que te propuso el Padre! Aprendo de ti la obediencia. Espero de ti la misericordia y la fuerza de lo alto. Sé que te vas para prepararme un lugar. Gracias, Gracias. (Sigue tu oración personal).
















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