Tiempo Pascual/7° Salterio 3° Semana. Tomo II
Miércoles 09 Mayo
Santos Isaías prof, Hermes NT, Pacomio ab,
Catalina de Bolonia vg
Papa Francisco: El Espíritu que Jesús trae es el Espíritu de las bienaventuranzas, el Espíritu del Padre: «El Padre está conmigo». Y por esto «vence al mundo». Jesús es enviado por amor y Jesús ama. ¿Cuál es el amor de Jesús? Muchas veces hemos leído tonterías sobre el amor de Jesús. Pero el amor de Jesús es grande. Ante todo Jesús ama mucho al Padre en el Espíritu Santo. Es un amor misterioso y eterno. Sólo podemos pedir la gracia de poder verlo una vez, cuando nosotros estaremos allí. El segundo amor de Jesús es su Madre. Al final: con tantos dolores, tantos sufrimientos, desde la cruz pensó en su mamá y dijo: "Cuida de ella". Por último, el tercer amor de Jesús es la Iglesia, su esposa por amor: hermosa, santa, pecadora, pero la ama igualmente. El amor de Jesús hace fecunda a su esposa, hace fecunda a la Iglesia con nuevos hijos, bautismos. Y la Iglesia crece con esta fecundidad nupcial del amor de Jesús. Sin embargo algunas veces el Señor no envía hijos: es una prueba.
PALABRA:
Dijeron los discípulos a Jesús: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que
te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios». Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».
ORACIÓN:
Hechos 19,1-8; Salmo 67,2-7 • JUAN 16,29-33
JESUCRISTO, los apóstoles te dejaron solo y huyeron. Y yo también. Pero tú me dices: Yo nunca estoy solo, porque está conmigo el Padre. Por mi parte, abandonarte es una ingratitud que sólo tu amor puede perdonar. Pero es además una actitud suicida, porque sin ti sólo tengo el pecado y la muerte. Por eso, me conforta tu Palabra llena de Misericordia: «Ten valor, yo he vencido al mundo». Y quieres hacerme partícipe de tu victoria. (Sigue tu oración personal).
yo no estoy solo, porque está conmigo el Padre.
Os he hablado de esto,
para que encontréis paz en mí.