lunes, 14 de mayo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 13/05/2018





Tiempo Pascual/7° Salterio 3° Semana. Tomo II
Domingo 13 Mayo








Ntra. Sra. de Fátima. Santos Pedro Nolasco pb,
Pedro Regalado pb, Inés de Poitiers ab



Papa Francisco: A mí siempre me ha impresionado cómo termina este diálogo entre Jesús y Pedro: «¡Sígueme!» (In 21,19). la última palabra. Pedro había pasado por muchos estados de ánimo, en ese momento: la vergüenza, porque se acordaba de las tres veces que había negado a Jesús, y luego un poco de turbación, no sabía cómo responder, y después la paz, se quedó tranquilo, con ese «¡Sígueme!». Pero más tarde llegó el tentador otra vez, la tentación de la curiosidad: «Dime, Señor, y de este [el apóstol Juan] ¿qué puedes decirme? ¿Qué pasará con este?». «A ti no te importa. Tú, sígueme». Ese seguir a Jesús: ¡esto es importante! Es más importante para nosotros.







PALABRA:
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le
dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas a donde querías, pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».


ORACIÓN:
Hechos 25,13-21; Salmo 102,1-2.11-12.19-20 • JUAN 21,15-19
JESUCRISTO, tú sabes que te quiero. Es verdad, como Pedro reconozco que te he negado, te he sido infiel. Pero ¡es tanto lo que has hecho por atraerme a ti y ser mi Amigo, que, si quiero seguir amándote siempre, no serás tú quien me retire tu amor: así habrá amistad indestructible entre nosotros! Que mi actitud jamás pueda acercarse al orgullo de Judas, que llegó a pensar que su pecado era más grande que tu misericordia y tu poder. Como Pedro, te niego tres y más veces, pero como él confieso que te quiero, que te amo, tú sabes que te quiero. (Sigue tu oración personal).



 

           

domingo, 13 de mayo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 12/05/2018






Tiempo Pascual/7°   Salterio 3° Semana. Tomo II
Sábado 12 Mayo






Santos Nereo y Aquiles mrs, Pancracio mr,
Domingo de la Calzada pb, Germán ob.
Beatas Imelda vg, Juana de Portugal mj


Papa Francisco: Abramos nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo, el Espíritu del Amor (cf. Rm 5,5), para caminar juntos hacia el día bendito en que reencontremos nuestra plena comunión. En este camino nos sentimos sostenidos por la oración que el mismo Jesús, en esta Ciudad, la vigilia de su pasión, elevó al Padre por sus discípulos, y que no nos cansamos, con humildad, de hacer nuestra: "Que todos sean uno... para que el mundo crea" (in 17,21). 

Y cuando la desunión nos haga pesimistas, poco animosos, desconfiados, vayamos todos bajo el manto de la Santa Madre de Dios. Cuando en el alma cristiana hay turbulencias espirituales, solamente bajo el manto de la Santa Madre de Dios encontramos paz. Que Ella nos ayude en este camino.








PALABRA:
Jesús, levantando los ojos al cielo, oró diciendo: «Padre Santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la 
palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, ese es mi deseo: Que los que me confiaste estén conmigo, donde yo estoy, y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu Nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, como también yo estoy en ellos».


ORACIÓN:
Hechos 22,30; 23,6-11; Salmo 15,1-2. 5-11 • JUAN 17,20-26
JESUCRISTO, sentado a la derecha del Padre, sigues intercediendo por los que dejas en este mundo, porque tu ayuda nos es imprescindible. Que llegue el día en que mi unión contigo sea perfecta: que esté donde tú estás y contemple tu gloria. Mientras animo hacia la meta, el Padre me sigue amando y ese amor misericordioso fortalece mi debilidad y eleva mi dignidad y mi responsabilidad de hijo de Dios. (Sigue tu oración personal).










            

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