Tiempo Ordinario/7° Salterio 3° Semana. Tomo III
Martes 15 Mayo
Santos Simón Stock pb, Gema Galgani vg,
Andrés Bobola pb mr, Alipio y Posidio obs.
Beato Gil de Santarem pb
Papa Francisco: Jesús bajaba del monte donde se había transfigurado y se encontró con esta gente inquieta, en desorden: discutían, gritaban. Jesús preguntó qué sucedía, el alboroto disminuyó y comenzó un diálogo con el papá del muchacho poseído. El muchacho parecía como muerto. Jesús lo tomó de la mano, le hizo levantar y lo puso en pie. El muchacho estaba curado y podía volver a casa. Todo ese desorden, esa discusión, acabó en un gesto: Jesús se abaja y toma al niño. Estos gestos de Jesús nos hacen pensar. Jesús siempre nos hace volver a casa, jamás nos deja solos por el camino. Estos gestos de Jesús nos enseñan que cada curación, cada perdón, siempre nos hace volver a nuestro pueblo que es la Iglesia.
PALABRA:
Cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar
adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente Alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: «¿De qué discutís?». Uno le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces». Él les contestó: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo». Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?». Contestó él: «Desde ¡ pequeño.Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con éI. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos». Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». Entonces el padre del muchacho gritó: «Tengo Fe, pero dudo; ayúdame». Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando:Vete y no vuelvas a entrar en él». Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, tomándolo de la mano, y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración».ORACIÓN:
Santiago 3,13-18; Salmo 18,8-10.15 • MARCOS 9,14-29
SEÑOR, todo es posible al que tiene fe. ¡Dámela, por tu Misericordia! Así no tendrás que soportarme en mi tibieza. (Sigue tu oración personal).