sábado, 19 de mayo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 18/05/2018






Tiempo Ordinario/7° Salterio 3° Semana. Tomo III
Viernes 18 MAYO














Santos Juan I pp mr, Rafaela M. vg,
M. Josefa del C. J. vg, Félix de Cantalice rl, Eric re





Papa Francisco¿Qué misión tiene el pueblo de Dios? La de llevar al mundo la esperanza y la salvación de Dios: ser signo del amor de Dios que llama a todos a la amistad con Él; ser levadura que hace fermentar toda la masa, sal que da sabor y preserva de la corrupción, ser una luz que ilumina. En nuestro entorno, basta con abrir un periódico, vemos que la presencia del mal existe, que el Diablo actúa. Pero quisiera decir en voz alta: ¡Dios es más fuerte! Porque Él es el Señor, el único Señor. Y desearía añadir que la realidad a veces oscura, marcada por el mal, puede cambiar si nosotros, los primeros, llevamos a ella la luz del Evangelio, sobre todo con nuestra vida.









PALABRA :
Dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no
es de los nuestros». Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».


ORACIÓN:
Santiago 4,13b-17; Salmo 48,2-3.6-11 • MARCOS 9,38-40
SEÑOR, rico en Misericordia, siempre estás atento a las reacciones de tus discípulos, y los corriges oportunamente: alejados de los criterios del mundo, llegarán a pensar como tú. Eso quiero para mí: corrígeme, endereza mi modo de pensar y haz que sienta y piense como tú, enmienda mi vida para que sea yo testigo creíble de tu presencia salvadora (.11 Id sociedad de mi tiempo. (Sigue tu oración personal).


















viernes, 18 de mayo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 17/05/2018






Tiempo Ordinario/7°Salterio 3° Semana. Tomo III
Jueves 17 Mayo









Sant PASCUAL BAILÓN rl,
Víctor mr, Heraclio y Pablo mrs


Papa Francisco: También a nosotros el Señor parece preguntarnos: «¿De qué discutíais por el camino?» (Mc 9,33). Cuando Jesús hizo esta pregunta a sus discípulos, ellos permanecieron en silencio porque sentían vergüenza, habiendo discutido entre sí quién era el mayor. También nosotros nos sentimos confundidos por la distancia que existe entre la llamada del Señor y nuestra pobre respuesta. Ante su mirada misericordiosa no podemos fingir que nuestra división no es un escándalo, un obstáculo para el anuncio del evangelio de la salvación al mundo. Nuestra vista está ofuscada a menudo por el peso causado por la historia de nuestras divisiones, y nuestra voluntad no siempre está libre de la ambición humana que a veces acompaña incluso a nuestro deseo de anunciar el Evangelio según el mandamiento del Señor.





PALABRA:
Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron   Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo  a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».



ORACIÓN:
Santiago 4,1-10; Salmo 54,7-11.23 • MARCOS 9,30-37
SEÑOR, tu palabra de hoy me llega con fuerza y claridad: es urgente que me haga, sin lu ambiciones ni rivalidades, como un niño que se fía plenamente de ti, para comenzar ORACIÓN a entender el abecé de tu Evangelio. Tú viniste a servir, nos serviste y sigues sirviéndonos por amor. ¿Y yo quiero ser el primero, el señor a quien otros sirven, el importante? ¡Qué necedad! Confío en tu Misericordia por siempre jamás. (Sigue tu oración personal).


















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