martes, 29 de mayo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 28/05/2018




DÍA NACIONAL DE CARIDAD «Liturgia de las Horas», (tomo III, después de la Santísima Trinidad)
Lunes 29 Mayo




SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Santos Bona vg, Gerardo oh, Maximino ob.
Beato José Gérard pb


Papa Francisco: Jesús percibe nuestros problemas, nuestras debilidades, nuestras necesidades. Ante esos cinco panes, Jesús piensa: ¡he aquí la providencia! De este poco, Dios puede sacar lo necesario para todos. Jesús se fía totalmente del Padre celestial, sabe que para Él todo es posible. Por ello dice a los discípulos que hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta —esto no es casual, porque significa que ya no son una multitud, sino que se convierten en comunidad, nutrida por el pan de Dios. Luego toma los panes y los peces, eleva los ojos al cielo, pronuncia la bendición —es clara la reverencia a la Eucaristía—, los parte y comienza a darlos a los discípulos, y los discípulos los distribuyen... Los panes y los peces no se acaban, ¡no se acaban! He aquí el milagro: más que una multiplicación es un compartir, animado por la fe y la oración. Comieron todos y sobró: es el signo de Jesús, pan de Dios para la humanidad. La fiesta del Corpus Christi nos pide convertirnos a la fe en la Providencia, saber compartir lo poco que somos y tenemos y no cerrarnos nunca en nosotros mismos.



• Génesis 14,18-20: 
Melquisedec, rey de Salem, ofreció pan y vino. Era sacerdote del Dios Altísimo.Y bendijo a Abrahán diciendo: «Bendito sea Abrahán de parte del Dios Altísimo, que creó el cielo y la tierra.Y bendito sea el Dios Altísimo que ha entregado tus enemigos a tus manos».Y Abrahán le dio el diezmo de cada cosa.







⦁Salmo 109,1-4: Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.







Corintíos 11,23-26: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor, y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que Iban a entregarlo, tomó un pan y pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros.Haced esto, en memoria mía». Lo mismo hizo con la copa después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; Haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía». Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa, proclamaréis la muerte del Señor hasta que vuelva.



• LUCAS 9,11b-17: Jesús se puso a hablar a la gente del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde y los Doce se le acercarot a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrc dedor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descam pado». Él les contestó: «Dadles vosotros de comer». Ellos replicaron: «Ni, tenernos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a coni prar de comer para todo este gentío». (Porque eran unos cinco mil honi bres). Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos d, unos cincuenta». Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando lo cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendi ción sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se lu sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos.


ORACIÓN:
JESUCRISTO SACRAMENTADO, al adorarte hoy en el Santísimo Sacramento del Altar maravilla divina de tu Misericordia-,te pido que venere de tal modo los misterios,  de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimente continuamente los frutos de tu Muerte y Resurrección, en la Eucaristía, "el sacramento de nuestra fe". (Sigue tu oración personal ) 


















lunes, 28 de mayo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 27/05/2018







Tiempo Ordinario/8° Salterio 4° Semana. Tomo III
Domingo 27 Mayo











Santos Agustín de Canterbury ob,
Bruno oh, Bárbara Kim y Bárbara Yi mrs


Papa Francisco: [Al llegar no encontró más que hojas]. Hemos sido llamados por Dios y llamados para permanecer con Jesús unidos a Él. En realidad, este vivir, este permanecer en Cristo, marca todo lo que somos y lo que hacemos. Es precisamente la «vida en Cristo» lo que garantiza nuestra eficacia apostólica y la fecundidad de nuestro servicio: Soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca" (in 15,16). _









PALABRA: Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre.Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «Nunca jamás coma nadie de ti». Los discípulos lo oyeron. Llegaron a JerusaIén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas.Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.Y los instruía diciendo: «¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos"?Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos». Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: «Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado». Jesús contestó: «Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte:"Quítate de ahí y tírate al mar", no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis.Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».


ORACIÓN:
1Pedro 4,7-13; Salmo 95,10-13 • MARCOS 11,11-26 
SEÑOR, si tu casa es casa de oración, mi persona -templo de Dios- es sagrada y no puedo dedicarla a lo que me aparta de ti. Tú quieres que dé fruto, de lo contrario podría ocurrirme como a la higuera. ¡Ten misericordia de mí! La fe me une a ti y pone mi vida a tu servicio y al servicio y reconciliación de los hermanos, con la confianza plena de que jamás me dejarás de tu mano. (Sigue tu oración personal).


















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