Tiempo Ordinario/22° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Sábado 01 Septiembre
Santos Josué AT, Gil ab, Sixto ob, Vicente ob
Papa Francisco: Jesús, en la barca, pidió a Simón remar mar adentro y echar las redes. Esta petición era una prueba para Simón, porque acababan de regresar después de una noche de pesca fallida. Simón es un hombre práctico y sincero, y dice inmediatamente a Jesús: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada». Con valor, sale de sí mismo y elige fiarse de Jesús. Dice: «Bah, está bien: Por tu palabra, echaré las redes». ¡Atención! No dice: con mis fuerzas, con mis cálculos, con mi experiencia de experto pescador, sino «por tu palabra», por la palabra de Jesús. Y el resultado es una pesca increíble, las redes se llenaron, en tal medida que casi se rompieron.
PALABRA:
La gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret.Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar». Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador».Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían pescado; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
ORACIÓN:
1Corintios 3,18-23; Salmo 23,1-6 • LUCAS 5,1-11
SEÑOR, como Pedro, soy un pecador, indigno de estar a tu lado. Pero tú has venido a salvar a los pecadores y tu Misericordia elige a los pescadores de hombres. Sigue junto a mí, te necesito para seguir pescando, para seguir viviendo. Sólo por tu palabra, echaré las redes: contigo conseguiré los frutos espirituales imposibles de lograr lejos de ti. Aquí me tienes, cuenta conmigo, que yo cuento contigo. (Sigue tu oración personal).