lunes, 3 de septiembre de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO DÍA 01/09/2018






Tiempo Ordinario/22° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Sábado 01 Septiembre








Santos Josué AT, Gil ab, Sixto ob, Vicente ob


Papa Francisco: Jesús, en la barca, pidió a Simón remar mar adentro y echar las redes. Esta petición era una prueba para Simón, porque acababan de regresar después de una noche de pesca fallida. Simón es un hombre práctico y sincero, y dice inmediatamente a Jesús: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada». Con valor, sale de sí mismo y elige fiarse de Jesús. Dice: «Bah, está bien: Por tu palabra, echaré las redes». ¡Atención! No dice: con mis fuerzas, con mis cálculos, con mi experiencia de experto pescador, sino «por tu palabra», por la palabra de Jesús. Y el resultado es una pesca increíble, las redes se llenaron, en tal medida que casi se rompieron.



PALABRA:
La gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret.Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar». Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador».Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían pescado; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.


ORACIÓN:
1Corintios 3,18-23; Salmo 23,1-6 • LUCAS 5,1-11
SEÑOR, como Pedro, soy un pecador, indigno de estar a tu lado. Pero tú has venido a salvar a los pecadores y tu Misericordia elige a los pescadores de hombres. Sigue junto a mí, te necesito para seguir pescando, para seguir viviendo. Sólo por tu palabra, echaré las redes: contigo conseguiré los frutos espirituales imposibles de lograr lejos de ti. Aquí me tienes, cuenta conmigo, que yo cuento contigo. (Sigue tu oración personal).

















viernes, 31 de agosto de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES DÍA 31/08/2018





Tiempo Ordinario/22°Salterio 2° Semana. Tomo IV
Viernes 31 Agosto








Santos Ramón Nonato '<José de Arimatea y Nicodemo

NT, Dominguito del Val mr, Beato Pedro Tarrés y co mrs


Papa Francisco: [Los que tenían enfermos se los llevaban; y Jesús, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando]. Estamos entre las llagas de Jesús. Aquí está Jesús oculto en estos muchachos, en estos niños, en estas personas. En el altar adoramos la Carne de Jesús; en ellos encontramos las llagas de Jesús. Jesús oculto en la Eucaristía y Jesús oculto en estas llagas. ¡Necesitan ser escuchadas! Deben ser escuchadas por quienes se dicen cristianos. El cristiano adora a Jesús, el cristiano busca a Jesús, el cristiano sabe reconocer las llagas de Jesús.' hoy, todos nosotros, aquí, necesitamos decir: «Estas llagas deben ser escuchadas».




PALABRA:
Al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de
Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado».Y predicaba en las sinagogas de Judea.



ORACIÓN:
1Corintios 3,1-9; Salmo 32,12-15. 20-21 • LUCAS 4,38-44
SEÑOR, me admira la actitud de la suegra de Pedro: la salud que le devuelves no es para quedarse pasivamente, sino para ponerse a tu servicio. Es lo que tú quieres que  haga cuando recibo tantas cosas buenas que me llegan de tu Misericordia. Pon tus manos sobre mí y cúrame de esas fiebres, origen de tantos males espirituales, líbrame del egoísmo y seré testigo valiente de tu amor a los demás, a quienes quiero servir porque tú estás en ellos. (Sigue tu oración personal).

La gente lo andaba buscando.




Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
Juan 19,25-27




















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