lunes, 14 de enero de 2019

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES DÍA 10/01/2019






Después de Epifanía.
2° del salterio
1.1n 4,19-5,4 /Sal
71 / Lc 4,14-22a
Jueves 10 Enero






Agatón; Leonia
Aviat; Bta. Ana
de los Ángeles
Monteagudo;
Bta. Ma Dolores 
Rodríguez Sopeña


Lucas 4,14-22a
En aquel tiempo, Jesús, con la fuerza del Espíritu, volvió a Galilea y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y dar a los ciegos la vista. Para dar libertad a los orpimidos, para anunciar el año de gracia del Señor». Y enrollando el libro, lo devolvió al que le servía y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír». Y todos expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.



¡Cómo nos transforma el Espíritu del Señor!
«El Espíritu del Señor está sobre mí», dirá Jesús, haciendo suyo este texto mesiánico. Es el Espíritu del Amor, que así como hizo del Mesías «el ungido para llevar la buena nueva a los pobres», también «reposa» en nosotros y nos conduce hacia el amor perfecto, como nos dice el concilio Vaticano II: «Todos los fieles, de cualquier estado o condición, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad». El Espíritu Santo nos transformará como hizo con los apóstoles, para que podamos actuar bajo su moción, otorgándonos sus frutos y, así, llevarlos a todos los corazones: «caridad, paz, alegría, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza». Jesús, ungido, viene a remediar el sufrimiento humano: el dolor de los pobres, los ciegos, los oprimidos.



ORACIÓN:
Señor, envíanos tu Espíritu, para que también nosotros, ungidos con tus dones, salgamos por todos los caminos de la tierra, llevando el bálsamo de nuestro amor generoso para curar todas las heridas de nuestros hermanos.
















jueves, 10 de enero de 2019

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES DÍA 09/01/2019





Después de Epifanía.
2º del salterio
11n 4,7-10/Sa1 71 /


Mc 6,34-44
Miércoles 09 Enero






Santos Adrián de Canterbury; Gregorio X

PALABRA:
En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos porque andaban como ovejas sin pastor, y empezó a enseñarles muchas cosas. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer». Él les replicó: «Dadles vosotros de comer». Ellos le preguntaron: «¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». Él les dijo: «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver». Cuando lo averiguaron le dijeron: «Cinco, y dos peces». Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.

¡Qué buen Pastor!

¡Qué buen Pastor es Cristo! El evangelio de hoy nos muestra su sensibilidad a las necesidades de las personas que salen a su encuentro. No puede quedar indiferente ante sus problemas. Su corazón se compadece al ver el gentío que le seguía «como ovejas que no tienen pastor». El Maestro deja aparte los proyectos previos y se pone a enseñar. Se hace tarde. Los discípulos se lo recuerdan, preocupados. Entonces, Jesús hace una propuesta increíble: «Dadles vosotros de comer». Los discípulos ponen dificultades reales, sin reconocer que quien les habla lo puede todo. Les falta fe. Jesús no manda que se pongan en fila, de pie, sino que se sienten en grupos: comunitaria-mente descansarán y compartirán. Jesús toma los cinco panes y los dos peces, invoca la bendición de Dios y los reparte. El milagro prefigura el alimento espiritual de la Eucaristía, Pan de vida, que se extiende gratuitamente a todos los pueblos de la tierra.



              















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