jueves, 10 de enero de 2019

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES DÍA 09/01/2019





Después de Epifanía.
2º del salterio
11n 4,7-10/Sa1 71 /


Mc 6,34-44
Miércoles 09 Enero






Santos Adrián de Canterbury; Gregorio X

PALABRA:
En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos porque andaban como ovejas sin pastor, y empezó a enseñarles muchas cosas. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer». Él les replicó: «Dadles vosotros de comer». Ellos le preguntaron: «¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». Él les dijo: «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver». Cuando lo averiguaron le dijeron: «Cinco, y dos peces». Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.

¡Qué buen Pastor!

¡Qué buen Pastor es Cristo! El evangelio de hoy nos muestra su sensibilidad a las necesidades de las personas que salen a su encuentro. No puede quedar indiferente ante sus problemas. Su corazón se compadece al ver el gentío que le seguía «como ovejas que no tienen pastor». El Maestro deja aparte los proyectos previos y se pone a enseñar. Se hace tarde. Los discípulos se lo recuerdan, preocupados. Entonces, Jesús hace una propuesta increíble: «Dadles vosotros de comer». Los discípulos ponen dificultades reales, sin reconocer que quien les habla lo puede todo. Les falta fe. Jesús no manda que se pongan en fila, de pie, sino que se sienten en grupos: comunitaria-mente descansarán y compartirán. Jesús toma los cinco panes y los dos peces, invoca la bendición de Dios y los reparte. El milagro prefigura el alimento espiritual de la Eucaristía, Pan de vida, que se extiende gratuitamente a todos los pueblos de la tierra.



              















CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES DÍA 08/01/2019





Oficio de la fiesta 1s55,1-11/Sal ls 12,2-6/1Jn 5,1-9 / Mc 1,7-11

Martes 8 Enero




Higinio; Paulino de Aquilea; Bta. Ana María Janer;
Bto. Francisco Rogaczewski

PALABRA:
Isaías 55,1-11
Así dice el Señor: «Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no da hartura? Escuchadme atentos, y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos. Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David: a él lo hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones; tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti; por el Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te honra. Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos —oráculo del Señor—. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes. Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo».




Isaías 12, 2-6
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.





1Juan 5,1-9
Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No solo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo. Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio de Dios. Este es el testimonio de Dios, un testimonio acerca de su Hijo.

Marcos 1,7-11
En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto».

«Tú eres mi hijo amado, mi predilecto»
¡Qué hermoso es contemplar la escena del bautismo de Jesús! Ahí le vemos, formando parte de la caravana humana, actitud que el apóstol Pablo condensará en esta frase: «Se hizo uno de tantos y se presentó como un hombre cualquiera». Ahí le vemos, expresando su solidaridad con los pecadores, manifestando su compromiso con la humanidad, que mantendrá hasta entregar su propia vida como muestra de fidelidad y de supremo amor. En ese momento, vio el cielo abierto. Vio al Espíritu que se posaba sobre él. Y oyó la voz de Dios al que sintió como Padre que le quería indeciblemente: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto». Y comenzó a hablarnos del Padre como «bondad», «acogida», «amor». Un Padre de ternuras y bondades.  
               














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