lunes, 14 de enero de 2019

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO DÍA 13/01/2019





I del T.O.
1a del salterio

Heb 1,1-6 /Sa196 /
Mc 1,14-20
Domingo 13 Enero





Antonio Ma Pucci; 
Benito Biscop; 
Tatiana, Elredo de 
Rielvaux


PALABRA:
Marcos 1,14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio». Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.




Se pusieron a «seguir» a Jesús
Jesús comienza la predicación del reino, con una palabra fundamental: «convertíos», es decir, «cambiad de mentalidad y de vida». O lo que es lo mismo, tenemos que «ver la vida» como la vio Jesús. Y tener su estilo de vida, sus costumbres, sus preferencias y su bondad sin límites. Junto a la predicación, la elección de sus primeros discípulos: gente sencilla, trabajadores, hombres con poca formación y con muy escasos medios. Pero aquellos hombres poseían algo fundamental: se pusieron «a seguir» a Jesús. El seguimiento es «acompañar» a Jesús, «moviéndonos» con él, a su ritmo, siempre avanzando hacia un futuro mejor, el futuro del reino de Dios en el mundo. Cristo sigue llamando en esta hora para que «le sigamos», para que «caminemos junto a él», de su mano. Y para que comuniquemos a los demás esa «experiencia» que nos ha transformado la vida.


ORACIÓN:
Señor, nuestro seguimiento de tu Persona consiste en caminar junto a Ti, de tu mano, escuchando tus palabras y haciéndolas vida en las estructuras de la historia nuestra de cada jornada. Quizás no es mucho, pero es lo más importante.



          















CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO DÍA 12/01/2019







I del T.O. 
1ºdel salterio
Heb 2,5-12 / Sal 8 /
Mc 1,21-28
Sábado 12 Enero





Marcos 1,21-28
S. Hilario de
Poitiers, m.l.
Leoncio; Remigio;
Vivencio

PALABRA:
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él». El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen». Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.





La gente se quedó asombrada
Contemplamos a Jesús enseñando en la sinagoga. La gente se quedó asombrada. ¿Por qué? Porque no enseñaba como los letrados, que repetían las «normas» que habían oído de otros letrados anteriores a ellos. Eran, por tanto, meros repetidores. Porque Jesús enseñaba con autoridad: comunicaba su «propia experiencia». Los letrados imponían dogmas y preceptos; Jesús, en cambio, transmitía su propia vida, con libertad y encanto. La admiración de la gente brota de la verdad y de la vida que transmitía el Señor. Junto a sus enseñanzas, el poder de Jesús sobre el mal, que será una constante en su vida. Libera a hombres y mujeres, atacados por espíritus inmundos.


REFLEXIÓN:
Fascina Jesús con su palabra y enardece con sus obras, con su poder liberador. Cristo nos espera siempre para liberarnos de nuestras esclavitudes, para arrojar esos espíritus inmundos que atenazan y esclavizan nuestra vida. Nos espera siempre para curar nuestras heridas.
















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