II del TO.
la del salterio
1eb 10,32-39 / Sal
36 / Mc 4,26-34
Miércoles 30 Enero
Adelelmo (Lesmes)
de Burgos; Alejandro
de Jerusalén;
Muciano MaWiaux;
Batilde; Bta. Carmela
García Moyón; Bta.
Maria Bolognesi
Marcos 4,26-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a la ge e: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas». Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
Parábolas sencillas y humanas
Jesucristo comienza a explicar a sus discípulos el reino de los cielos. Y lo hace con parábolas sencillas y humanas: la pequeña simiente que se arroja a la tierra y el grano de mostaza que crece después hasta convertirse en un gran árbol. La tierra y la semilla tienen fuerza para producir el fruto y dar la vida. El reino es una semilla que da vida, por el vigor y la fuerza que tiene en sí. No es cuestión de técnicas humanas, de métodos eficaces, de montajes deslumbrantes. Es cuestión de recibir en el corazón la semilla de la Palabra, la fuerza de la gracia y ponernos a caminar sin miedo, confiados plenamente en la acción del Señor, que nos conduce, que nos lleva de la mano. ¡Cuánta sencillez en las palabras de Jesús y en sus ejemplos, tomados de la vida misma!
Si no escuchas cada día la voz de Dios en el Evangelio, en la naturaleza, en las personas, no tendrás paz en tu vida. Por mucho que escuches otras cosas.