domingo, 22 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 21/01/2017



II del T.O.
2a del salterio
Heb 7,1-3.15-17 /

Sal 109 / Mc 3,1-6







Sta. Inés, m.o.

Na Sra. de Altagracia; Bto. Juan
Bautista Turpin y comp

PALABRA:
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio». Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?». Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al 
hombre: «Extiende el brazo». Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.





Jesús se juega su propia vida
La escena tiene aire de reto para Jesús: ¿salvar a una persona o dejarla morir? Todos los días son buenos para la salvación. Y por eso, Jesús cura en sábado a aquel hombre. Se desata la tormenta. Jesús se jugó allí su propia vida, desobedeciendo en público a los dirigentes religiosos. Ya estaba condenado a muerte. Pero aquella persona enferma estaba por encima de una ley aplicada mecánicamente, con insensibilidad y hasta con desprecio del ser humano. De nuevo, el corazón del Señor que ha venido a sanar, a salvar, a dar vida, a transmitir alegría para dejar atrás las oscuridades y emprender caminos nuevos. Inmediatamente, el poder religioso y el poder político establecen alianzas para dar muerte a Jesús. No soportan la luz y la grandeza.



Señor, haz que sepamos jugarnos la vida por Ti, en aras de una entrega que comportará dificultades y peligros, pero que desembocará en la plenitud, en la felicidad.







viernes, 20 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 20/01/2017



II del T.O.
2º del salterio 
Heb 6,10-20/Sal 
110/Mc 2,23-28
Viernes20 Enero





Stos. Fabián
y Sebastián;
Fructuoso;
Eulogio y
Augurio, m.I
Eustoquia Calafato;
Eutimio el Grande

PALABRA:
Marcos 2,23-28
Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?». Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que solo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros». Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».







Jesús defiende a sus discípulos
He aquí una escena sencilla, pero que nos ofrece una gran lección: la religión y sus normas están al servicio del ser humano y no al revés. Jesucristo defiende a sus discípulos; en el pequeño gesto de coger unas espigas para alimentarse, frente a las acusaciones de los observantes fariseos. Los rabinos judíos lo habían prohibido, por su obsesión de hacer extremadamente rigurosa la ley religiosa. ¿Qué buscamos, el espíritu o la letra? ¿Qué buscamos, el fastidio por el fastidio o la mejora del corazón humano? ¿Qué buscamos, la «aversión» o la «conversión»? Impresiona la actitud del Señor: defiende a los débiles, denuncia lo injusto, quiere poner en su sitio la dignidad del ser humano.


Siempre será antirreligioso un comportamiento que aplaste, mortifique, sofoque la vida del hombre, restrinja la libertad, amargue la alegría de vivir, estrangule la espontaneidad.





            


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