domingo, 25 de marzo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 24/03/2018





Sábado (SO) 24 Marzo




Santa Catalina de Suecia vg.
Beato Diego José de Cádiz pb
SANTO TRIDUO PASCUAL








Papa Francisco: Jesús es el más importante y lava los pies porque, entre nosotros, el que está más en alto debe estar al servicio de los otros. Y esto es un símbolo, es un signo, ¿no? Lavar los pies es: «Yo estoy a tu servicio». Y también nosotros, entre nosotros, no es que debamos lavarnos los pies todos los días los unos a los otros, pero entonces, ¿qué significa? Que debemos ayudarnos, los unos a los otros. A veces estoy enfadado con uno, o con una... pero... olvídalo, olvídalo, y si te pide un favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón porque es mi deber. Pero es un deber que viene del corazón: lo amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñado.



PALABRA:
Éxodo 12,1-8.11-14: Dijo el Señor a Moisés y Aarón en tierra de Egipto: «Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: el diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo,,,que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis  panes sin fermentar y verduras amargas.Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto.Yo, el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera al país de Egipto. Este día será para vosotros memorable, en el celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones».


Salmo 115,12-18: El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.










Corintios 11,23-26: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mia. Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía. Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

JUAN 13,1-15: Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándolos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y este le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?». Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás».Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo». Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza».Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos». Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios». Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?Vosotros me llamaís el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».

ORACIÓN:
CRISTO JESÚS, ¡qué grande es tu Misericordia! Gracias, por tu gesto de amor y humildad, lavando los pies de tus discípulos; gracias, por tu amor hasta el extremo y por el mandamiento nuevo del amor fraterno; gracias, por el sacramento de la Eucaristía, que te hace realmente presente en medio de nosotros; gracias, por el sacramento del Orden sacerdotal que otorgas a tus elegidos. ¡Santifícalos en la verdad! (Sigue tu oración personal).











sábado, 24 de marzo de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 23/03/2018





Salterio 2° Semana. Tomo II Semana Santa
Viernes 23  Marzo










Santos Toribio de Mogrovejo ob, José Oriol pb,
Rebeca de Himlaya vg. Beato Álvaro del Portillo ob









Papa Francisco: Hoy, a mitad de la Semana Santa, la liturgia nos presenta un episodio triste: el relato de la traición de Judas, que se dirige a los jefes del Sanedrín para comerciar y entregarles a su Maestro. «¿Cuánto me dais si yo os lo entrego?». Jesús en ese momento tiene un precio. Este hecho dramático marca el inicio de la Pasión de Cristo, un itinerario doloroso que Él elige con absoluta libertad. Lo dice claramente Él mismo: «Yo entrego mi vida... Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla» (Jn 10,17-18). Y así, con esta traición, comienza el camino de la humillación, del despojamiento de Jesús. Como si estuviese en el mercado: esto cuesta treinta denarios. Una vez iniciada la senda de la humillación y del despojamiento, Jesús la recorre hasta el final.


PALABRA:
Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?».  Ellos se ajustaron con él en treinta monedas.Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres te preparemos la cena de Pascua?». Él contestó: «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos"». Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar». Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?». Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; le valdría no haber nacido». Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?». Él respondió: «Tú lo has dicho».


ORACIÓN:
Isaías 50,4-9a; Salmo 68,8-10.21-22.31-34 • MATEO 26,14-25
CRiSTO JESÚS, el traidor queda al descubierto, pero su resolución está tomada, es esclavo de su pasión y camina a ciegas. Es de noche. ¡Que jamás me deje arrastrar por la ceguera de la tentación y por la desesperación después de pecar! Yo confío en tu misericordia: en ella está mi salvación. (Sigue tu oración personal).









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