domingo, 24 de junio de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO DÍA 23/06/2018







Tiempo Ordinario/ 12° Salterio 40 Semana. Tomo III
Sábado 23 Junio






Santos José Cafasso pb, Edeltrudis ab, Tomás Garnet pb mr. Beato Inocencio V



Papa Francisco: «Jesús les enseñaba con autoridad, y no como los escribas». Los escribas en aquel tiempo hablaban al pueblo pero su mensaje no llegaba al corazón del pueblo y el pueblo que los escuchaba se marchaba. Ninguna de estas voces [escribas, saduceos, zelotes, esenios] tenía la fuerza de enardecer los corazones del pueblo. Las multitudes escuchaban a Jesús y el corazón se caldeaba, porque su mensaje llegaba al corazón y Él «enseñaba como uno que tiene autoridad». Jesús se acercaba al pueblo; Jesús curaba el corazón del pueblo; Jesús entendía las dificultades del pueblo; Jesús no tenía vergüenza de hablar con los pecadores, salía a buscarlos; Jesús sentía alegría, le gustaba estar con su pueblo. Y es Él mismo quien lo explica: «Yo soy el buen pastor. Las ovejas escuchan mi voz y me siguen».







PALABRA:
Dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice "Señor, Señor"
entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.Aquel día muchos dirán:"Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros"? Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados". El que escucha estas palabras y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos, y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente». Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.

ORACIÓN:
2Reyes 24,8-17; Salmo 78,1-5.8-9 • MATEO 7,21-29
SEÑOR, SEÑOR... Ya sé que decir esto es lo fácil. Lo difícil es edificar mi vida sobre la roca firme que eres tú, y las piedras vivas de tus bienaventuranzas, consejos, actitudes. Si te digo "Señor"es porque eres mi Señor Misericordioso, y deseo que crezca tu señorío sobre mi vida. Tú eres mi señor, yo soy tu siervo, y quiero serlo de verdad: haciendo lo que manda mi Señor. ¡Que acepte siempre la voluntad de tu Padre y la cumpla, para que jamás me digas:"No te conozco", y mi vida esté fundamentada en ti, la roca firme! (Sigue tu oración personal).









sábado, 23 de junio de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES DÍA 22/06/2018







Tiempo Ordinario/ 12° Salterio 4ª Semana. Tomo III
Viernes 22 Junio








Santos PAULINO DE NOLA ob, JUAN FISHER ob y
TOMÁS MORO pf mrs


 Papa Francisco: [Por sus frutos los conoceréis]. El sueño de Dios siempre se enfrenta con la hipocresía de algunos servidores suyos. Podemos «frustrar» el sueño de Dios si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo. El Espíritu nos da esa sabiduría que va más allá de la ciencia, para trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad. Para cultivar y guardar bien la viña, es preciso

que nuestro corazón y nuestra mente estén custodiados en Jesucristo por la «paz de Dios, que supera todo juicio» (Filipenses 4,7). De este modo, nuestros pensamientos y nuestros proyectos serán conformes al sueño de Dios: formar un pueblo santo que le pertenezca y que produzca los frutos del Reino de Dios (cf. Mt 21,43).






PALABRA:
Dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarza , o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis».


ORACIÓN:
2Reyes 22,8-13;23,1-3; Salmo 118,33-37.40 • MATEO 7,15-20
MI SEÑOR, la llave de mi corazón la tienes tú solo y sólo tú puedes abrirlo y conocerlo a fondo. Es la fuente de las buenas y malas intenciones, virtudes y pecados. Qué importa que externamente parezca buena persona, si en realidad soy un pobre pecador. Pero confío en ti, y con David te pido: Misericordia, Dios mío, por tu bondad. ¡Crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme! (Sigue tu oración personal).





















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