jueves, 22 de noviembre de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES DÍA 21/11/2018




Tiempo Ordinario/34° Salterio 2ª Semana. Tomo IV
Miércoles 21 Noviembre






PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN.
Santos Gelasio I pp, Mauro oh, Rufo NT.

Ntra. Sra. de la Paz




Papa Francisco: El Evangelio habla de la limosna de la viuda, quien no tiene ni siquiera para comer, sin embargo ofrece todo lo que posee. Jesús dice que estaba en la miseria. En ese tiempo las viudas no tenían la pensión del marido, estaban en la miseria. Estaban al límite. La viuda fue al templo a adorar a Dios, a decir al Señor que está sobre todo y que ella le ama. Siente que debe realizar un gesto por el Señor y da todo lo que tenía para vivir. Es algo más que generosidad, es otra cosa. Elige bien: sólo el Señor. Porque se olvida de sí misma. Podía decir: Pero, Señor, tú lo sabes, necesito de esto para el pan de hoy... Y esa moneda volvía al bolsillo. En cambio, eligió adorar al Señor hasta el final. Confiarse a la fidelidad del Señor: es una opción que también nosotros tenemos la oportunidad de hacer en nuestra vida cristiana. En la historia de la Iglesia, y también en nuestro tiempo, hay hombres, mujeres, ancianos y jóvenes que hacen esta elección. Nos alientan a dejar en el tesoro de la Iglesia todo lo que tenemos para vivir.





PALABRA:
Alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el
arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos
reales, y dijo: «Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».


ORACIÓN:
Apocalipsis 14,1-3.4b-5; Salmo 23,1-6 • LUCAS 21,1-4
(o de la Presentación de la Santísima Virgen: Zacarías 2,14-17; Salmo: Lucas 1,46-55 •Mateo 12,46-50)
SEÑOR, me admira el gesto de total desprendimiento de la pobre viuda, que te ofreció todo lo que tenía, para tu gloria en el templo de Israel. Y descubro con gozo lo atento que estás para ver hasta lo más insignificante que ocurre en tu entorno. El templo era maravilloso, y cuanto más lo mirabas más te encantaba su belleza. Pero prefieres fijarte en los templos vivos que somos nosotros. Y admirar y reconocer lo bueno que hacemos. Ojalá mi pobre vida merezca la alabanza que hiciste de la viuda que se fió de ti y no quedó defraudada. (Sigue tu oración personal).

  Ella ha echado todo lo que tenía para vivir.

















miércoles, 21 de noviembre de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES DÍA 20/11/2018






Tiempo Ordinario/34° Salterio 2ª Semana. Tomo IV
Martes 20 Noviembre






Stos. Crispín ob mr, Edmundo re mr, Francisco J. Can ct mr.
Beata Ángeles y co mrs


 Papa Francisco: La solemnidad de Cristo Rey del Universo es la coronación del año litúrgico. Cristo es el centro de la historia de la humanidad, y también el centro de la historia de todo hombre. A él podemos referir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias que entretejen nuestra vida. Cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza, como le sucedió al buen ladrón en el evangelio de hoy. Mientras todos se dirigen a Jesús con desprecio tú eres el Cristo, el Mesías Rey, sálvate a ti mismo bajando de la cruz»- aquel hombre, que se ha equivocado en la vida pero se arrepiente, al final se agarra a Jesús crucificado implorando: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino» (Lc 23,42). Y Jesús le promete: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (v. 43): su Reino.




PALABRA: 
• 2Samuel 5,1-3: En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron
a Hebrón a ver a David y le dijeron: «Hueso y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien 
dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: Tú serás el pastor de mi pueblo, Israel, tú serás el jefé de Israel». Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.








Salmo 121,1-5: Vamos alegres a la casa del Señor.






Colosenses 1,12-20: Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, tronos, dominaciones, principados, potestades; todo fue creado por Él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.


LUCAS 23,35-43
Las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido». Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: Este es el rey de los judíos. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: «¿ No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro lo increpaba: «¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio?Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha faltado en nada».Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Jesús le respondió: «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso».

ORACIÓN:
CRISTO REY, coronado de espinas, tú eres el verdadero y único Rey del universo. Esa es la verdad de la que eres testigo. Y escucho tu voz como todo el que es de la verdad. Eres mi Rey, aunque te vea con una corona de espinas y una caña como cetro. Eres mi Rey, aunque te desnuden y te eleven clavado en la cruz. Así, desde la Cruz, que es tu trono de gloria, venciste la muerte y el pecado, y nos haces partícipes de tu victoria. ¡Por tu infinita Misericordia, acuérdate de mí, ahora que estás en tu reino! (Sigue tu oración personal).

















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