T. II. 4º del salterio
Jl 2,12-18 / Sal 50/
2Cor 5,20-6,2 / Mt
6,1-6.16-18
Lunes 18 Febrero
Bernardita
Soubirous; Flaviano;
Bto. Angélico;
Bto. Jerzy Kaszyra
Mateo 6,1-6. 6- 8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente qu ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cu ndo ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».
Tiempo de conversión
Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, colocando sobre nuestras cabezas un poco de ceniza: «Convertíos y creed en el evangelio». La Cuaresma no es meta, es camino que nos lleva a la resurrección. Tiempo de silencio interior, de examen de conciencia, para detectar nuestras sombras e iluminarlas con el perdón, con la misericordia, con la confesión, con la conversión a Dios. Tiempo de oración, de trato con el Señor. Tiempo de ayuno, de eliminar aquellos obstáculos que nos impiden ser mejores, de saber elegir lo importante, antes que lo urgente. Tiempo de limosna, de saber compartir cualidades, bienes, tiempo, vida. La auténtica caridad no se limita a «dar» limosna, sino que nos exige «darnos» a nosotros mismos.