jueves, 22 de septiembre de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 21/09/2016






Tiempo Ordinario/25°Salterio lª Semana. Tomo IV
Miércoles 21 Septiembre







Santos MATEO ap,

Jonás prof, Cástor ob, Landelino mj, Maura vg

 Papa Francisco: Pensad en aquella cháchara después de la vocación de Mateo: «¡Pero este va con los pecadores!» (cf. Mc 2,16). Y él ha venido para nosotros, cuando reconocemos que somos pecadores. Pero si somos como aquel fariseo ante el altar —«Te doy gracias, porque no soy como los demás hombres, y tampoco como ese que está a la puerta, como ese publicano» (cf. Lc 18,11-12)—, no conocemos el corazón del Señor, y nunca tendremos la alegría de sentir esta misericordia. No es fácil encomendarse a la misericordia de Dios, porque eso es un abismo incomprensible. Pero hay que hacerlo. «Ay, Padre, si usted conociera mi vida, no me hablaría así». «¿Por qué, qué has hecho?». «¡Ay Padre!, las he hecho gordas». «¡Mejor! Acude a Jesús».





PALABRA:
Vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió.  Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los ariscos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro Maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido llamar a los justos, sino a los pecadores».

ORACIÓN:
Efesios 4,1-7.11-13; Salmo 18,2-5 • MATEO 9,9-13
SEÑOR, lo que para los fariseos es motivo de escándalo -escándalo farisaico- y de crítica despiadada, para mí es una maravilla verte entre los pecadores públicos, sin que te  den asco ni los publicanos ni los fariseos que se creían pluscuamperfectos, pero en realidad eran sepulcros blanqueados. Y a uno de los menos queridos de la gente, tú lo eliges para que sea tu apóstol Mateo. No sólo lo dices, sino que lo practicas, entonces y ahora: has venido a llamar a los pecadores, a sanar a los enfermos. Y aquí me tienes a mí, que voy aprendiendo lo que significa "misericordia" estando a tu lado. (Sigue tu oración personal).






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