viernes, 3 de julio de 2015

IYA NLÁ ES LA ENERGIA AUTOSUFICIENTE QUE DA LA VIDA Y LA ARMONIA


                           



Los misterios de naturaleza y su existencia han sido cultivados por todo el mediante las costumbres religiosas por el primer antepasado humano. A aquellos antepasados que han sido la encarnación de la humanidad y se les elevan a un estado divino, para honrarlos y seguir con sus costumbres. Estos primeros antepasados dan clases a su descendientes de como entender el mundo esotérico y los caminos de las fuerzas invisibles para sostener la dinámica continua de existencia dentro de la Naturaleza. Estos primeros antepasados se hicieron representantes de aquellas fuerzas invisibles espirituales y fueron llamados de distintas formas por su descendientes según su lengua, región y los significados de sus culturas, siendo este nombre lo que los representa dentro de la adoración de los misterios de Naturaleza y la existencia. Esta encarnación humana de los primeros antepasados ayuda a distinguir el aspecto diverso y las influencias de las manifestaciones de lya Nla.
Iya Nla es la disciplina sabia que nos enseña que si superamos el conocimiento de la forma física y permitirnos fluir la esencia de Awon Iya Wa ("nuestras madres") la preocupación maternal nos hará capaces de tener acceso tanto a la forma de las Fuerzas en la Naturaleza como la sabiduría de nuestros primeros antepasados. Si aprendemos a desarrollar una relación en  curso dentro de la armonía de la creación para desarrollar la sensibilidad de estas fuerzas, ellos asumen que lograremos las características de nuestro 'Imale o Irunmole particular, primeros antepasados africanos que fueron elevados al grado de Orishas. Los aspectos, caminos, manifestaciones, papeles, atributos, conceptos, nombres de alabanza de Iya Nla están relacionados directamente con su capacidad y autoridad para curar crear la voluntad o destruirla. Iya Nla es la energía autosuficiente que da la vida y la armonía sobre la tierra, dotada por herencia en atributo a sus hijas los regalos infinitos y eternos del mecanismo 'Oró (Egungun), Eleiye (la fuerza que da el poder y capacidades místicas) para intensificar la causa, el efecto y los cambios. Con estos regalos un iyá Ajé es capaz de tinar el poder terrestre y astral de curar, maldecir o causar la justicia vengativa sobre alguien que falte el respeto a la mujer y la maternidad.
 iyá Nlá es la matriz sagrada que da la vida; ella es la entrada a la existencia y el origen de los mecanismos biológicos, manifestados en cada mujer........
Nosotros elegimos nuestros destinos en el
cielo ( bajo a supervisión de nuestros ancestros)
Pero cuando llegamos a la Tierra Nosotros llegamos a ser impacientes. Las diferentes adivinaciones de los Yorubas son conocidas a través de diferentes nombres, entre estos encontramos a ÁYÁNMO (elección) ó IPÍN (destino adicionado) ó KÁDÁRA (la adivinación para el hombre) ó ÍPÓRI (la cámara de la cabeza).......
ORI ( dentro de la cabeza ) es el símbolo de la libre elección de la CABEZA, y que según los yorubas cada uno recibe en el cielo. El destino y la magnitud de los sucesos que le ocurren a una persona en la tierra van ligados a la cabeza y a su vez al tipo de cabeza que él eligió en el cielo.
Esta creencia de los yorubas la podemos ver y entender a su vez en los dichos de ellos, esto que decimos ocurre en el siguiente verso:
ENI T'O GBÓN
ORI É L'Ó NÍ Ó GBÓN
ÉÉYAN TI Ó GBÓN
ORÍI RÉ L'Ó NÍ Ó GÓ J´USU LO
El que es prudente
Hace cosas prudentes por su Ori
El que no es prudente
No hace más que insensatezes, como una
pieza de YAM para su Ori.
En otro verso encontramos lo siguiente: ÉÉYÓN¨Ó FÉ KÁ RERÚ K ÁSÓ ORÍ ENI NÍ I SO NI
A la gente no le gusta ver a un hombre liberado de sus cargas.
Las cargas de un hombre las alivió su Orí. Los Yorubas estiman que ORI es uno de los dioses de su panteón, mas aún, quizás de los más importantes pues para ellos se puede caracterizar de cierto puesto que Ori es un dios de todos. Aunque algunas personas tienen más devoción a Ori dado que está mucho más conectado con los problemas personales de cada persona que el resto de los Orisas que son para todos los hombres. Dado que Ori es un dios culto y apropiado para cada yoruba, aquí tenemos algunas referencias de la apropiación de Ori en ESE
IFA, por ejemplo de lo dicho anteriormente
tenemos:
WÓN NÍ KlYÁNDÁ ÓRÚBO
K´¨O SÍ BÓRÍ ARAA RÉ
Iyanda pregunto para hacer un sacrificio Apropiado para su Ori.
WÓN NÍ BÍ MO BÉ DELE
KI N WEWÓ ÓGÁÁ MI NÚ TÉNÍNTÉNÍ
N W'ÁPÓ ÁGBÍVÁ ÓGÁÁ MI NÚ
TÉNÍNTÉNÍ
N P'ADIE ÓKÓKÓ BORlÍ MI ÁPÉRÉ
Yo pregunte que hacer cuando llegara a casa
Yo debia lavar cuidadosamente los palmiches
sagrados
Yo debía lavar mi bolsa de adivinación
persistentemente Y ofrecer una gallina en sacrifico a mi Ori.
Orunmila quien es realmente el comunicador
de los deseos de los dioses. Un intermediario
también para Orí, quien lo denomina ELÉRÍ
ÍPIN ( testigo de la elección del destino de cada hombre).
 Esto que dice ORI es debido a que Orunmila está presente en el cielo cuando cada hombre elige su destino y así Orunmila a través de Ifá comunica a cada persona en la tierra los deseos de su Ori. Todos los destinos de las personas han sido decididos en el cielo, esto está considerado vital para la consulta del sistema de Ifa, para así poder saber los favores o no favores que cada Ori da a su persona, siendo su Ori capaz de allanar el camino. Por esto el sistema de adivinación de IFA es un factor importantísimo en la vida de los yorubas. Hablando claro podemos decir que una persona cuado se consulta está escuchando todos los deseos de su Ori y de otros dioses, comunicando los sacrificios o soluciones pertinentes. La función de los dioses es la de ayudar a ORI par que este guie a cada persona en el destino de su vida. Cuando un hombre rechaza a su ORI este no puede ser cambiado por otro, ni ayudado por los dioses ya que estos también tienen su propio ORI el cual los dirige en su vida diaria. Por ejemplo de esto que hablamos lo tenemos en un ESE IFA donde el propio Orunmila se consulta para conocer los deseos de su ORI. En el siguiente pasaje de ESE IFA encontramos:
IKÚ ÁRÚN ÓFÓ ÉGBÁ ÉSE
GBOGBO WON NÍ NYÓ ÓRÚNMÍLÁÁ WÓ
WÓN NWÍ PÉ OJO KAN
NI ÁWON Ó PA Á
NI ÓRÚNMÍLÁÁ. BÁ GBÉ ÓKÉ :IPÓRÍI RÉ
KALÉ
Muerte, enfermedad, pérdida, parálisis y maldad
Todos nosotros comenzando en Orunmila
Ellos dicen que un día
Ellos le mataron
Orunmila, después se sentó frente a sus
instrumentos de adivinación listos para
consultar a su ORÍ
NRÍKAN LÓ DÉRÚBA ORÚNMÍLÁ
LÓ BÁ WÁLÉ
Ó BI ÓKÉ ÍPÓRÍI RÉ LEERÉ WÓ
Algo espantó a Orunmila
El se fue a casa Y consulto a su IPORI sobre esto Baba Egbe Odégbamí
Etimológicamente la palabra ORÍ proveniente del idioma Yorubá, significa "Cabeza", espiritualmente Orí significa mucho más que la región del cuerpo humano a la que llamamos cabeza
Para los Yorubá tradicionales Orí es el Órisá más importante en la vida de los hombres. Los tradicionistas entendemos que en Orí se encuentra la esencia de OLODDUMARE, la porción de dios que portamos cada uno de nosotros.
Es Orí el único Orisá que ha de acompañar a su devoto en el largo viaje atravesando el mar sin retorno, cuenta Ifá , haciendo hincapié en que Orí es el Órisá del hombre por excelencia y aquel a quien le importa sobremanera lo que nos suceda, dado que nuestra felicidad o grado máximo de plenitud a ser gozado en nuestra vida terrena se encuentra almacenado en los niveles de conciencia de ORÍ
Es muy común en las tradiciones de Orisá en América, que se confunda al ELEDA (Órisá custodió de Orí) con ORÍ. Sucede que ambos dos reciben sus fundamentos en la misma región del cuerpo humano, con la diferencia que los EBORA o IRUNMOLES son los Órisá que proporcionan apoyo y cuidado a nuestro ORÍ para que éste en el tránsito por la tierra cumpla con lo estipulado en su destino.
Cuenta Ifá en el Odú OTURA MEJI,
 "Ko si  Órisá ti da nigbe leyin ORI eni" ,No existe un Órisá que apoye al hombre más que su propio ORÍ..
Orí es el portador de nuestro destino, aquel que nosotros mismos hemos escogido en la instancia en la que nos arrodillamos en el ORUN para solicitarle a IJALA MOPIN, el modelador de las cabezas con destinos, que nos diera una buena cabeza.
La predestinación en Yorubá / Ifá, es conocido como áyánmo (la opción) , ipín (Destino), Kádárá (la porción divina que dios nos ha dado a los hombres), ipórí (la cabeza interna y su gemela en orun).
Cualquiera sea el nombre que le sea dado, siempre es asociado a la existencia de ORI INU la cabeza interna portadora de todos los conocimientos de nosotros mismo, y de nuestro mejor destino.
En un ITAN de Ifá Orúnmilá dice, que habría de crear a sus hijos (la humanidad) como seres individuales, que a los ORI de cada uno le daría facultades diferentes y que solo el sabría el porque daría a cada cual, tal rol o facultad; continúa diciendo Ifá que sería nuestra habilidad el que nos relacionemos para que cada uno de nosotros en conjunción y funcionando en paralelo con los demás formemos un cuerpo único, y una estructura en funcionamiento diversificado y funcional. Explica así Orúnmilá, que es inútil perseguir el destino o la vida de otros ,creyendo que tal ves si estuviéramos viviendo lo que vive ese otro nuestra vida sería más llena de dicha o amor, pues Ifá enseña que cada uno nació para ejercer una función especifica , que la función de cada uno es muy importante en lo que refiere a los engranajes de un gran macro sistema comunal. Aquel que nació para ser sacerdote que lo sea, y quien nación para ser arquitecto que lo sea y que estos dos casos no cambien de vida de uno por el otro porque ninguno acabará siendo realmente feliz.
Dice la tradición Yoruba que el éxito o el fracaso en la vida de una persona esta íntimamente ligado a la cabeza que escogió en el cielo.
Por lo tanto Ifá enseña a sus hijos y a los sacerdotes Tradicionalistas del culto Órisá , la adecuada alimentación de la cabeza de los hombres para provocar reestructuraciones o fortalecimientos en ORI y como apoyar a este a encontrar los caminos de la buena vida o lo que deberíamos llamar correctamente los caminos propicios para encontrar la mejor buena vida para cada uno de nosotros, y no como solemos engañarnos y caer en errores , buscando afanosamente prototipos de vidas por imitación que muchas veces nos hacen perder un tiempo precioso, en el cual podríamos todos invertir energía en potenciar nuestro mejor destino y alcanzar más próximo la felicidad deseada.
A kúnlé a yan édá
 A dáyé tán
Ojú nkán ni
Nosotros nos arrodillamos en el cielo y
elegimos nuestros destinos
Pero luego llegamos a la tierra
nos pusimos muy impacientes
Ení t'o gbón
Orí é l'ó ni ó gbón
Ééyán tí Ó gbón
Oríí ré l'ó ni ó gó ´J úsu lo
El quién es sabio
Es el rey de las magias de ORI
El quién no es sabio
Es tan tonto como una cabeza solo hecha de ñame
Para la buena utilización de las energía propiciatorias de buen destino de Orí , Ifá habla de tres instancias espirituales modeladoras de todo efecto de acto provocado por nosotros mismos.
AKUNLEYAN- Es el destino elegido por cada uno de nosotros en la instancia en que nos hemos arrodillado frente a IJALA MOPIN, todo aquello que a usted le gustaría en su vida terrena, años de vida, cantidad de hijos , conformación familiar.
AUNLEGBA- Son las situaciones de espacio tiempo que le son dadas al individuo, en el medio en que se irá a desenvolver para el mejor desempeño de su destino .
AYANMO - Parte inmutable , inalterable de nuestro destino.
La instancias de akunleyan y akunlegba son mutables , pueden sufrir cambios por el vínculo con la sociedad , o la perdida de la estructura formal de nuestro alineamiento con el destino original, esta mutación es debida mucha veces a agentes externos a nosotros mismos, como por ejemplo los Araye, O LOS HIJOS DEL MUNDO ,también las fuerzas oscuras de la noche o los ELENINI, que corrompen la mente y las buenas ideas de los que nos preceden, y así se nos aparta de lo que es mejor para nuestro destino.
Orí nikán
Ló tó Aláásán bá r'okun
Bí mo bá lówó lówó
Orí ni n ó ró fún 
Oríí mi, iwó ni
Bí mo bá bímó láyé
Orí ni n ó ró fún Oríí mi, iwó ni
Ire gbogbo tí mo bá ní láyé
Orí, ni n ó ró fún 
Oríí mi, iwó ni







jueves, 2 de julio de 2015

LA INICIACIÓN


Siendo pues el Batuque una religión ágrafa -esto es transmitida oralmente, sin escritos canónicos- comporta una multiplicidad de ritos de pasaje, de grado en grado, en los que el candidato va conociendo paulatinamente las pautas del fundamento religioso y asumiendo en forma pausada su lugar y funciones dentro del grupo de culto. Comienza con el omiero ("agua que calma") en el que su cabeza, manos y pies son lavados -comprometidos, dedicados- para sus orisha específicos. Este omiero es el jugo disuelto en agua de hierbas sagradas en un número variable, que prepara el receptáculo del orisha para que así purificado pueda manifestarse.
El segundo grado es el ebori o bori ("ofrendar a la cabeza") cuyo objetivo es dedicar esa cabeza única al servicio de un determinado orisha. Por medio del ritual se fija en este plano material (aiyé) el doble sobrenatural de esa cabeza (ori orún) al cuidado y guía del dueño de la mayor proporción de elementos constitutivos de ésta. Para ello se emplea un número de buzios coincidente con el orisha y una moneda que simboliza la materialización del acto creador espiritual. Este conjunto, dentro de un recipiente cerrado -símbolo transparente de la cabeza- se conserva toda la vida del iniciado, constituyendo, como justamente señalan Paulo de Shangó (Paulo Tadeu B. Ferreira) y Armando de Oshala (Armando Ayala), "la raíz del hijo en la casa de santo". Por ser efectivamente raíz entronca a los futuros orisha asentados de la persona con una determinada casa de Batuque. Aunque los movimientos de la vida alejen al hijo de esa casa, de algún modo sobrevive un vínculo vitalicio con ese reino y esa mano que dotaran de sentidos trascendentes a esa cabeza única, como únicas son todas las cabezas.
El tercer grado es el "aprontamiento", en el que el borído asentará sus orisha principales, sus pasajes: orisha de cabeza, adjunto, brazos y piernas; dicho de otro modo personalidad concreta, tendencias, acción y reacción -vía.
Este ritual importa un compromiso del creyente con el grupo del que participa como miembro de una familia -egbe-, dirigida por la matriarca o patriarca de la casa de Batuque en que lo realiza, con miras a su completud espiritual, material y social.
El cuarto paso será el asiento de la familia completa de su orisha personal, recibiendo los conocimientos de conservación y transmisión de los valores arquetípicos. En algún momento, cuando toda la obligación esté debidamente asentada según los ritos de la tradición que sigue la casa, se le comunicará el conocimiento de la vía oracular -el áshé de buzios o delogün- para que pueda interrogar en forma totalmente consciente, esto es no a través del trance de posesión, a los orisha y así determinar con exactitud todo lo concerniente a ambos planos de existencia, orún y aiyé; planos estos que para la mentalidad religiosa son, empero, un todo indivisible.
Consideramos necesario resaltar aquí que este áshé, en el sentido estricto de poder o autoridad para leer la figuras conformadas por las conchas augúrales, es de singularísima importancia, y debería en todos los casos ser acompañado del conocimiento y mesura que un método tan relevante para la supervivencia de los valores espirituales y culturales de nuestras naciones merece; estimando que no debería otorgarse a nadie que no tuviera todas sus obligaciones asentadas, de afuera y de adentro, y aún que demostrara criterio y merecimientos.
También hacemos notar que mediante el áshé de buzios solo responden los orisha, aclaración que sólo viene al caso para advertir lo que se oye por ahí de caboclos y eshu "dados" por buzios. Los ocho o dieciséis cowries que se echan sobre la mesa son los signos de Ifá, que a través de Orún Milá hablan a partir de sus caídas u odu. Los orisha son orisha, los caboclos son caboclos, los eshu son eshu. Son tres ramas de un mismo árbol, o mejor, dos ramas en el tronco de los orisha. Pero no nos dejemos confundir. Todo áshé de buzios, aun siendo ganado por otro orisha pertenece por ley a Orün Milá, la voz de Ifá, uno de los Oshala que no ocupa y es traducido por Bara. Cuando decimos, por ejemplo: "habla lemanja", queremos decir que ella es la dueña de ese odu o palabra; recordaremos el refrán o divisa que corresponde a esa figura, de ahí la leyenda, y entonces Bara nos permitirá captar el sentido del mito en ese caso particular' transmitir lo que manda hacer al consultante. Y así en adelante, respecto a cuales quiera de los odu o figuras simbólicas del oráculo. El espacio mágico en la mesa de buzios está orientado, es decir ubicado en los puntos cardinales, con un arriba y un abajo, y señalizaciones que ordenan las vías o caminos por los que llega el odu: ire u osogbó. Pero no está demás volver a repetir que sólo los orisha se sirven del oráculo pues es éste su sistema indirecto de expresar su voluntad o consejo al creyente. A lo sumo se intuirá si un problema es causado por égun (espíritu desencarnado) y el propio orisha dará el método de solución, pero no compartimos la opinión de que haya caboclos, pretos velhos o eshu por más sabios o luminosos que sean que puedan intervenir en un campo que no le es propio. Una vez completadas satisfactoriamente todas las obligaciones religiosas, alcanzado el nivel de experiencia y conocimiento necesario para conducirse en todos los planos, el adepto puede recibir la autorización de quien lo iniciara para cumplir "per se" sus fundamentos rituales. Este paso o grado superior se llama "liberación" y causa alguna confusión.
Tener una casa abierta no siempre implica estar liberado, cuando todavía depende de su iyalorisha o babalorisha para efectuar sus compromisos religiosos. Muchos adeptos en esta situación de casa abierta, obligaciones completas y todos los áshé, no pueden por sí mismos dar satisfacción a determinados requisitos, porque su orisha y el de su iniciador o iniciadora no llegaron aun acuerdo de independencia. Así como existe gente que no está destinada a sembrar el fundamento recibido -transmitirlo a otros-hay quien no se separará jamás del fundamento originario del suyo, es decir, que no está destinado a ser libre en vida de quien formara esos áshé. La confusión estriba en que se cree comúnmente que la liberación es una especie de derecho del iniciado, sin tenerse en cuenta que en realidad es el resultante de un contrato de relaciones -digamos feudales- entre orisha. El orisha A acuerda acompañar al orisha B un número X de años o todo el tiempo que el orisha B permanezca en el mundo. No está demás recordar que cada orisha es único y no existe uno igual a otro aunque pertenezcan a una misma cualidad del mismo orisha. Y ello se traduce en la práctica con desastres ocurridos cuando un iniciado, con todos los áshé y tal vez con muchos años, desconoce el acuerdo entre su orisha y el de su jefe y decide liberarse sin más. Creemos que es éste un tema serio, que no depende del capricho de los hombres, o a ofrecer tanto o cuanto dinero por la famosa manumisión. Hay que obrar con cuidado, teniendo en cuenta que los movimientos siempre tienen efectos, a
menudo irremediables.
Ser libre es todo un riesgo, una aventura tal vez apasionante, pero también es el saber que hay que asumir solo toda y cualquier responsabilidad, sin poder zafar pensando -o diciendo- "mi pai o maé" se debe haber equivocado", como tantas veces se escucha.
Y al ser libre, tampoco se deja de ser hijo de tal o de cual; la diferencia está en que tal o cual permite que Fulano cumpla con sus deberes religiosos por sí mismo, porque tiene la seguridad avalada por los orisha, que es un sacerdote competente al que los fundamentos que transmitiera permitirán actuar con tino y solvencia.
                                           


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