Santiago
Apóstol, s.
Cristóbal; Alberto;
Florencio; Valentina;
Ma del Carmen Sallés
Oficio de las.
He 4,33; 5,12.27-33;
12,2 / Sa166 /
2Cor 4,7-15 / Mt
20,20-28
Mateo 20,20-28:
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda». Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?». Contestaron: «Lo somos». Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre». Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».
Los valores que Jesús inculca a sus apóstoles:
Jesús va haciendo que aquellos hombres, a los que ha elegido, sean sus apóstoles, conforme a su corazón. Y, por tanto, que sepan bien a qué se comprometen, cuáles son los valores de su reino. Por eso, insiste tanto en la humildad, cuando ellos buscan los primeros puestos; insiste tanto en la opción por la gente sencilla, por los excluidos sociales, cuando ellos hablan de sentarse en un trono; insiste tanto en la entrega servicial, cuando ellos discuten para saber quién es el más importante, cuando ellos pretenden escalar puestos y subir cotas de honores. Jesús corta de raíz la ambición de poder, estar sobre los otros, dominarlos y obligarlos a actuar de una manera determinada. Jesús se planta con firmeza ante aquellos deseos de dominio de sus apóstoles.
Señor, nosotros queremos ser tus discípulos, siguiendo tus pasos; viviendo y cumpliendo tu voluntad sobre cada uno de nosotros; realizando nuestro proyecto de vida. Queremos seguirte siempre, de tu mano, buscando los valores de tu reino.