jueves, 19 de noviembre de 2015

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL MIERCOLES 18/11/2015



Día de las 
Basílicas de S.
Pedro y S. Pablo, 
m.l. 
Filipina Rosa; Fredián 




XXXIII del TO 
1º del salterio 
2Mac 7,1.20-31 /Sal 
16 / Lc 19,11-28 (He 
28,11-16.30-31 /Sal  
97/ Mt 14,22-33)




                            Lucas 19,11-28
En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Dijo, pues: «Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y al volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo". Sus conciudadanos, que lo aborrecían,enviaron tras él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey". Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez". Él le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades". El segundo llegó y dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco': A ese le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades". El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras". Él le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses': Entonces dijo a los presentes: "Quitadle a este la onza y dádsela al que tiene diez". Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas': "Os digo: 'Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene: Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia"». Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.


Señor, en los momentos de lucha, fortalece nuestro corazón y nuestros pasos. Y que esos momentos, cuando lleguen, nos encuentren contigo, llevándonos de tu mano.








martes, 17 de noviembre de 2015

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL MARTES 17/11/2015




Martes 17
Sta. Isabel de
Hungría, m.o. 
Acisclo y Victoria; 
Alfonso Rodríguez; 
Dionisio; Gregorio
de Tours; Hugo



XXXIII del T.O.
lº del salterio
2Mac 6,18-31 /Sal
3 /Lc 19,1-10



                              Lucas 19,1-10
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más». Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».


El ejemplo de Zaqueo
Zaqueo es uno de los personajes más simpáticos del evangelio. ¡Cuántas enseñanzas ofrece a los buscadores de Dios, a los que desean encontrarse con Dios, ver a Jesús, hablar con Él! Primera, había oído hablar de la atracción que Jesús ejercía sobre los pecadores y los recaudadores de impuestos, que eran los grupos más despreciados social y religiosamente y, de ahí, surge en su corazón una gran confianza hacia Jesús; segunda, echa a volar la imaginación, hasta que descubre el sicómoro, para subirse a lo alto y verle pasar; tercera, se encuentra con el premio gordo de la comunicación, cuando Cristo le dice que quiere hospedarse en su casa; cuarta, su reacción es impresionante: va a compartir lo que tiene, en una entrega colmada y generosa. Zaqueo busca al Señor con los medios más inverosímiles, lo encuentra, lo acoge y queda transformado con sus palabras y su presencia.


Señor, cuántas veces medimos nuestra religiosidad por nuestras palabras, mientras nuestros hechos demuestran lo contrario. Zaqueo nos enseña a hablar con hechos, a compartir sin miedos, a entregarnos generosamente a los hermanos.







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