viernes, 1 de abril de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA Y VIDA DEL VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA 01/04/2016

Tiempo Pascual ABRIL TomoII
VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA
1 ABRIL



Santos María Egipcíaca er, Nuño Alvares rl, Celso ob,

Hugo ob, Venancio ob mr. Beato Juan Bretton pf mr



Papa Francisco: ¡¡Es el Señor!]. Esta semana es la semana de la alegría: celebramos la Resurrección de Jesús. Es una alegría auténtica, profunda, basada en la certeza que Cristo resucitado ya no muere más, sino que está vivo y operante en la Iglesia y en el mundo. Tal certeza habita en el corazón de los creyentes desde esa mañana de Pascua, cuando las mujeres fueron al sepulcro de Jesús y los ángeles les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?». Estas palabras son como una piedra miliar en la historia; pero también una «piedra de tropiezo», si no nos abrimos a la Buena Noticia si pensamos que causa menos molestias un Jesús muerto que un Jesús vivo.



PALABRA:
Simón Pedro dice [a Tomás, Natanael, los Zebedeos y otros dos]: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Saliero y se embarcaron; y aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces.Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros remolcando la red con los peces.Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de pescar». Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres.Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almorzad». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.



ORACIÓN:
Hechos 4,1-12; Salmo 117,1-4.22-27 • JUAN 21 3-14
JESUCRISTO RESUCITADO, vas y vienes, subes al Padre y bajas al lado de los discípulos cuando menos lo esperan y más te necesitan. Les llevas y me traes tu Misericordia: sin ti, nada podían y nada puedo. Con Juan, grito de gozo: ¡Es el Señor! Tú eres mi Señor -yo quiero que domines mi vida- y mi Dios. Lo proclamo exultante, lleno de fe. (Sigue tu oración personal).












jueves, 31 de marzo de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES OCTAVA DE PASCUA 31/03/2016

Tiempo Pascual      Tomo II
JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA
31 Marzo







Santos Benjamín di mr, Balbina mr, Guido ab



Papa Francisco: [Creían ver un fantasma...]. Es más fácil creer en un fantasma que en Cristo vivo. Es más fácil ir a un nigromante que te adivine el futuro, que te tire las cartas, que fiarse de la esperanza de un Cristo triunfante, de un Cristo que venció la muerte. Es más fácil una idea, una imaginación, que la docilidad a ese Señor que surge de la muerte y ¡vaya a saber a qué cosas te invita! Ese es el proceso de relativizar tanto la fe que termina alejándonos del encuentro, alejando de la caricia de Dios.





PALABRA:
Contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice; «Paz a vosotros». Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma, Él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior?....Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, corno veis que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies.Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.Y les dijo: «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos comenzando por Jerusalén.Vosotros sois testigos de esto».



ORACIÓN:
Hechos 3,11-26; Salmo 8,2-9 • LUCAS 24,35
JESUCRISTO RESUCITADO, me haces testigo de los grandes misterios de tu Muerte y de tu Resurrección, testigo de tu inmensa Misericordia, porque todo lo haces por mi, por eso acojo tu invitación: Paz contigo, ¿por qué te alarmas? Soy yo en persona: me traes la paz, me demuestras el amor que me tienes, sigues conmigo. (Sigue tu oración personal)










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