jueves, 31 de marzo de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES OCTAVA DE PASCUA 31/03/2016

Tiempo Pascual      Tomo II
JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA
31 Marzo







Santos Benjamín di mr, Balbina mr, Guido ab



Papa Francisco: [Creían ver un fantasma...]. Es más fácil creer en un fantasma que en Cristo vivo. Es más fácil ir a un nigromante que te adivine el futuro, que te tire las cartas, que fiarse de la esperanza de un Cristo triunfante, de un Cristo que venció la muerte. Es más fácil una idea, una imaginación, que la docilidad a ese Señor que surge de la muerte y ¡vaya a saber a qué cosas te invita! Ese es el proceso de relativizar tanto la fe que termina alejándonos del encuentro, alejando de la caricia de Dios.





PALABRA:
Contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice; «Paz a vosotros». Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma, Él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior?....Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, corno veis que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies.Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.Y les dijo: «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos comenzando por Jerusalén.Vosotros sois testigos de esto».



ORACIÓN:
Hechos 3,11-26; Salmo 8,2-9 • LUCAS 24,35
JESUCRISTO RESUCITADO, me haces testigo de los grandes misterios de tu Muerte y de tu Resurrección, testigo de tu inmensa Misericordia, porque todo lo haces por mi, por eso acojo tu invitación: Paz contigo, ¿por qué te alarmas? Soy yo en persona: me traes la paz, me demuestras el amor que me tienes, sigues conmigo. (Sigue tu oración personal)










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