El Yorúbá cree fuertemente que el sacrificio quita los males de la comunidad o de un individuo, así como también hace mantenerse lejos el daño o el infortunio. Acorde con esta creencia se toman medidas preventivas ante el peligro inminente y los desastres. Las personas consiguen saber los peligros que tienen por delante por medio del oráculo. Por ejemplo, antes que un hombre tome una esposa (o una mujer un marido), antes de que una persona emprenda una jornada o emprenda un negocio, él o ella consulta el oráculo que le da una guía acerca de cómo mirar el futuro, qué peligros tiene por delante y lo que puede hacerse para cambiar las circunstancias desagradables. Una vez que la persona tiene las directivas del oráculo, cree evitará fácilmente el problema; pero cuando la orden o la directiva del oráculo se desafía las consecuencias pueden ser graves. El episodio siguiente ilustra cómo Orúnmila ignoró la advertencia del oráculo una vez y entró en problemas.
Una vez, Orúnmila quiso ir al mercado de Éjigbómefón para comprar un caballo. Antes de que él fuera, les pidió a sus dieciséis hijos que consultaran el oráculo respecto al viaje propuesto. Su hijo mayor, Éjiogbé, fue el primero que adivinó. Él le dijo a su padre que vestido de blanco debía ofrecer el egbdáfá (12,000 cowries, es decir, 30 kobo en la presente moneda nigeriana) como sacrificio para que él pudiera obtener un buen caballo y prevenir cualquier calamidad. Pero Orúnmila, desatendiendo la directiva dada por el oráculo, fue al mercado sin hacer la ofrenda.
Una vez, Orúnmila quiso ir al mercado de Éjigbómefón para comprar un caballo. Antes de que él fuera, les pidió a sus dieciséis hijos que consultaran el oráculo respecto al viaje propuesto. Su hijo mayor, Éjiogbé, fue el primero que adivinó. Él le dijo a su padre que vestido de blanco debía ofrecer el egbdáfá (12,000 cowries, es decir, 30 kobo en la presente moneda nigeriana) como sacrificio para que él pudiera obtener un buen caballo y prevenir cualquier calamidad. Pero Orúnmila, desatendiendo la directiva dada por el oráculo, fue al mercado sin hacer la ofrenda.
Cuando él llegó allí, vio un caballo elegante y bien alimentado, no sabiendo que era un ciervo que Éshú había transformado en un caballo. Orúnmila compró el "caballo". En su camino a casa, se encontró uno de sus viejos amigos que lo detuvo para admirar el caballo. Para desilusión y desencanto de Orúnmila y su amigo, el animal se transformó de repente en un ciervo y escapó al matorral cercano. Orúnmila lo siguió llorando:
Igbó nigbo Irúnmale, Este bosque es el bosque de las divinidades,
È bá nmésìn! ¡Amablemente ayúdeme a coger el caballo!
Igbó nigbo Irúnmalè Este bosque es el bosque de las divinidades,
È bá nmésìn! ¡Amablemente ayúdeme a coger el caballo!
El animal corrió hacia el campo y Orúnmila lo siguió llorando:
adán, adán eruku Usted el campo, el campo polvoriento,
E bá nmésìn! ¡Ayúdeme a coger el caballo!
adán, adán eruku Usted el campo, el campo polvoriento,
È bá nmésìn! ¡Ayúdeme a coger el caballo!
Así Orúnmila cazó el animal por el valle y la colina hasta que él y el ciervo se cayeron en un hoyo. Orúnmila después de muchos sufrimientos salió del hoyo gracias a una mujer muy amable llamada Poróye que vino atraída por el accidente. Cuando la mujer estaba tirando hacia fuera a Orúnmila del hueco, él estaba aferrándose a la pierna del ciervo; pero antes de que él pudiera ser sacado completamente, la pierna que él estaba sosteniendo siguió colgando fuera del cuerpo principal del animal que había caído en el hoyo. Así Orúnmila tuvo una pena y humillación incalculable como resultado de su negativa de ofrecer el sacrificio preventivo prescrito.
Debe mencionarse en relación con este sacrificio que siempre que una comunidad Yorúbá conoce que una epidemia (por ejemplo, viruela) está afectando a un pueblo cercano, ellos ofrecen sacrificio para impedir que el azote entre en su pueblo. Este tipo de sacrificio incluye una excavación en la entrada principal del pueblo donde sacrifican y entierran ahí un animal, o golpean hasta dejar sin vida un ave la cual es colgada entera encima de un palo que se clava en la tierra a la entrada al pueblo. Estas medidas preventivas se toman como un medio de prevenir cualquier mal o calamidad.