Tiempo Ordinario/ 18°Salterio 2° Semana. Tomo IV
Viernes 05 Agosto
DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SANTA
MARÍA LA MAYOR, Ntra. Sra. de las Nieves, Virgen
Blanca. Santos Casiano ob, Viator er, Margarita vd
Papa Francisco: Mirando a Jesús, nosotros vemos que Él ha elegido el camino de la humildad y del servicio. Es más, Él mismo en persona es este camino. Jesús no fue indeciso, no fue un «indiferente»: hizo una elección y la llevó adelante hasta el fondo. Eligió hacerse hombre, y como hombre hacerse siervo, hasta la muerte de cruz. Pero no basta con mirar, hay que seguir. Jesús es el camino, y un camino sirve para caminar, para recorrerlo. Y siguiendo a Cristo por el camino de la caridad, nosotros sembramos esperanza. ¡Ánimo! No os dejéis robar la esperanza e id adelante. Que no os la roben. Al contrario: ¡sembrad esperanza!
PALABRA:
Dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que
se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad».
ORACIÓN:
Nahún 1,15;2,2; 3,1-3.6.7; Salmo: Deuteronomio 32,35.36.39.41 •MATEO 16,24-28
SEÑOR, el único sentido que puede tener mi vida es seguirte a ti, aunque suponga preferir tus criterios a los míos, y cargar cada día con mi cruz. No hay vida sin cruz, pero hay cruces sin ti, y yo quiero que en mi cruz estés tú: por la cruz a la luz, por la muerte a la resurrección. Perder la vida por ti, y por los hermanos en quienes tú estás vivo, es encontrarse con tu gran Misericordia, tener la vida para siempre. (Sigue tu oración personal).
Tiempo Ordinario/1 8° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Jueves 04 Julio
Santos JUAN Mª VIANNEY pb, patrón de los sacerdotes,
Jacinto mr, Rainiero ob mr, Aristarco NT
Papa Francisco: Jesús, tras verificar que Pedro y los otros once habían creído en Él como Mesías e Hijo de Dios, comenzó «a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho..., ser ejecutado y resucitar al tercer día» (16,21). Es un momento crítico en el que emerge el contraste entre el modo de pensar de Jesús y el de los discípulos. Pedro, incluso, siente el deber de reprender al Maestro, porque no puede atribuir al Mesías un final tan infame. Entonces Jesús, a su vez, reprende duramente a Pedro, lo pone «a raya», porque no piensa «como Dios, sino como los hombres» (cf. v. 23) y sin darse cuenta hace las veces de Satanás, el tentador.
PALABRA:
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elias, otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo».Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que
él era el Mesías. Desde entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios».
ORACIÓN:
Jeremías 31,31-34; Salmo 50,12-15.18-19 • MATEO 16,13-23
SEÑOR, el Cura de Ars fue tu mayor apóstol en la Francia de su siglo XIX y es patrón de los sacerdotes. Nada me importa, con tal de ser tu amigo, alcanzar tu favor y anunciar con mi ejemplo y mi vida la maravilla de ser amigo tuyo, por tu gran Misericordia. Danos, Señor, en nuestro tiempo, santos sacerdotes que te sigan con la fidelidad y el ardor pastoral de san Juan Mª Vianney.
(Sigue tu oración personal).