Tiempo Ordinario/26° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Sábado 01 Octubre
Santos TERESA DEL NIÑO JESÚS vg dc,
Verísimo, Máxima y Julia mrs, Román di mr
Papa Francisco: Hoy, en la festividad de santa Teresa del Niño Jesús, nos hará bien pensar en el espíritu de humildad, de ternura, de bondad. Este espíritu manso, propio del Señor, que lo quiere de todos nosotros. ¿Dónde está la fuerza que nos lleva a este espíritu? Precisamente en el amor, en la caridad, en la conciencia de que nosotros estamos en las manos del Padre. La Iglesia sabia hizo a esta santa —humilde, pequeña, confiada en Dios, mansa— patrona de las misiones... Esta santa, que murió a los 24 años y amaba mucho a la Iglesia, quería ser misionera, pero quería tener todos los carismas, y decía: «Yo quisiera hacer esto, esto y esto», quería todos los carismas. Y rezando descubrió que su carisma era el amor. Y dijo esta hermosa frase: «En el corazón de la Iglesia yo seré el amor». Y este carisma lo tenemos todos: la capacidad de amar.
PALABRA:
Los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les contestó: «No estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo». En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».
ORACIÓN:
Job 42,1-3.5-6.12-16; Salmo 118,66.71.75.91.125.130 •
LUCAS 10,17.19-24
SEÑOR, Teresa del Niño Jesús, Patrona de las Misiones, me invita hoy, inicio del mes misionero y rosariano, a ponerme entre la gente sencilla y escuchar tu Palabra tal como salió de tus labios, sin ofrecer ninguna resistencia. Como Teresita, creo en tu amor, en tu amistad, en tu Misericordia. (Sigue tu oración personal).
¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis!
Tiempo Ordinario/26°Salterio 2° Semana. Tomo IV
Viernes 30 Septiembre
Santos JERÓNIMO pb dc,
Eusebia vg, Antonio inr, Honorio ob
Papa Francisco: Quien a vosotros rechaza, a Mí me rechaza. . . En algunas ocasiones sucede que escuchamos a alguien decir: «Yo creo en Dios, creo en Jesús, pero la Iglesia no me interesa...».
Hay quien considera que puede tener una relación personal, directa, inmediata con Jesucristo fuera de la comunión y de la mediación de la Iglesia. Son, como decía el gran Pablo VI, dicotomías absurdas. Es verdad que caminar juntos es comprometedor, y a veces puede resultar fatigoso. Pero el Señor ha confiado su mensaje de salvación a personas humanas, a todos nosotros, a testigos; y es en nuestros hermanos, con sus dones y sus límites, donde Él viene a nuestro encuentro y se hace reconocer. Y esto significa pertenecer a la Iglesia. Recordadlo bien: ser cristiano significa pertenencia a la Iglesia. El nombre es «cristiano», el apellido es «pertenencia a la Iglesia».
PALABRA:
Dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en
Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado»:
ORACIÓN:
Job 38,1.12-21; 40,3-5; Salmo 138,1-3.7-14 • LUCAS 10,13-16
SEÑOR, lo pienso muchas veces, y me ayuda a ser agradecido contigo: si a tantos incrédulos que no encuentran sentido a la vida porque no te conocen, hubieras hecho y les hubieras dado tanto como a mí, hoy serían mis modelos. Yo soy testigo de lo mucho que me amas y de la grandeza de tu Misericordia. No permitas que te rechace por nada ni por nadie: tú y tu Evangelio quiero que sea lo primero, lo único valioso, en mi vida. (Sigue tu oración personal).
Quien me rechaza a mí
rechaza al que me ha enviado.