Tiempo Ordinario/29° Salterio 1° Semana. Tomo IV
Martes 18 Octubre
Santos LUCAS ev, Amable pb, Asclepiades ob
Papa Francisco: Me pregunto:¿dónde encontraban los primeros discípulos la fuerza para dar este testimonio? No sólo: ¿de dónde les venía la alegría y la valentía del anuncio, a pesar de los
obstáculos y las violencias? ¿Cómo pudieron, con sus limitaciones y combatidos por las autoridades, llenar Jerusalén con su enseñanza? (cf. Hch 5,28). Está claro que sólo pueden explicar este hecho la presencia del Señor Resucitado con ellos y la acción del Espíritu Santo. El Señor que estaba con ellos y el espíritu que les impulsaba a la predicación explican este hecho extraordinario.
PALABRA:
Designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.Y les
decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa".Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios"».
ORACIÓN:
2Timoteo 4,9-17a; Salmo 144,10-13.17-18 • LUCAS 10,1-9
SEÑOR, hoy me dices que me ponga en camino, que anuncie tu reino de misericordia, de amor y de paz, que no me quede parado lamentándome estérilmente de lo mal que está el mundo. Estoy llamado, como san Lucas y los Doce, a colaborar en mejorar esta sociedad, con mi vida de servicio y mis palabras de orientación, ánimo y ayuda, porque está cerca el reino de Dios. Y quiero que cuando vengas, Cristo y Señor, encuentres fe en la tierra. (Sigue tu oración personal).
Mirad que os mando como corderos
en medio de lobos.
Tiempo Ordinario/29° Salterio 1° Semana. Tomo IV
Lunes 17 Octubre
Santos IGNACIO DE ANTIOQUÍA ob tnr, Oseas prof
Rufo y Zásimo tnrs, Ricardo Gwyn mr.
Beato Contardo Ferrini cf
Papa Francisco: ¿Qué se puede hacer para poseer el reino de Dios? Sobre este punto Jesús muy explícito: no basta el entusiasmo, la alegría del descubrimiento. Es necesario anteponer la perla preciosa del reino a cualquier otro bien terreno; es necesario poner a Dios en el primer
lugar de nuestra vida, preferirlo a todo. Dar el primado a Dios significa tener el valor de decir no al mal no a la violencia, no a los atropellos, para vivir una vida de servicio a los demás y en favor de la legalidad y del bien común. Cuando una persona descubre a Dios, el verdadero tesoro, abandona un estilo de vida egoísta y busca compartir con los demás la caridad que viene de Dios. Quien llega a ser amigo de Dios ama a los hermanos, se compromete a salvaguardar su vida y su salud incluso respetando el medio ambiente y la naturaleza.
PALABRA:
Dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». Él le contestó: «Hombre, ¿quién me
ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?».Y dijo a la gente «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado su vida no depende de sus bienes».Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha.Y empezó a echar cálculos: "¿Qué hare? No tengo dónde almacenar la cosecha".Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha.Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida". Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?"Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios».
ORACIÓN:
Efesios 2,1-10; Salmo 99,2-5 • LUCAS 12,13-21
SEÑOR, tú viniste al mundo para traer la paz a los hombres que amas, no a ser juez de paz ni repartidor de herencias. Tu misión y la de tu Iglesia no es hacer ricos a tus discípulos, que serán bienaventurados si son pobres y misericordiosos. Hoy me pones en guardia frente a la avaricia, que destruye la unión de los hermanos, y es capaz de convencerme de que mi corazón puede descansar en el ídolo de las riquezas. Que yo pueda decir con el Salmo 62: Sólo en Dios descansa mi alma. (Sigue tu oración personal).