martes, 24 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 24/01/2017





II del TO.
2° del salterio
Heb 9,2-3.11-14 /
Sal 46 / 3,20-21







S. Francisco de
Sales, m.o.
Na Sra. de la Paz;
Babilas; Tirso; Xenia






PALABRA: En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.





El desprestigio está al día
Jesucristo sufrió también el desprestigio de los suyos. Ocurre con frecuencia. Cuando no estamos de acuerdo con las ideas, las actitudes y las acciones de los demás, recurrimos a la descalificación o al insulto. Está claro que parte de su familia, probablemente los parientes más cercanos, no entienden ni aceptan la «revolución de Jesús». Y como no la entendían, se acercan, se lo quieren llevar y dicen que estaba loco. Esta página del evangelio nos previene y nos enseña a estar preparados para aceptar «descalificaciones e insultos». No pasa nada. La «locura del amor» choca siempre contra los intereses de los que no aman. Entre nosotros, esta actitud se refleja en una frase más popular: «cuando el mensaje hiere, no interesa o nos perturba, matamos al mensajero».

Dios tiene una paciencia infinita contigo. ¿Por qué no la tienes tú con los demás? Contra las críticas adversas, paciencia cristiana. Francisco de Sales nos enseña la virtud de la bondad y el anhelo de difundir doctrina a través de los medios de comunicación, como él hizo con sus hojas volanderas.









lunes, 23 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 23/01/2017






II del T.O.
2° del salterio

Heb 8,6-13 /Sal 84 / Mc 3,13-19
Lunes 23 Enero









S. Ildefonso, m.o. 
Emerenciana; 
Juan el Limosnero


PALABRA:
En aquel tiempo, Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que él quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios. Así constituyó el grupo de los Doce: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges —Los Truenos—, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Celotes y Judas Iscariote, que lo entregó. 




La lista de Cristo
«Llamó a los que quiso» e hizo también su lista, abierta a sus llamadas y a nuestras respuestas. «A doce los hizo sus compañeros», qué bien suenan estas palabras, pero cuánto comprometen. El compromiso de estar con él, de seguir sus pasos, de compartir sus jornadas; el compromiso de dedicarse a predicar, a anunciar su reino; el compromiso de liberar a la gente que sufre por las fuerzas del mal. «Estar con Jesús» nos obligará siempre —nos invitará siempre— a llevar una vida lo más parecida a la vida que llevó Jesús. Pero acaso lo que más impresiona es esa llamada del Señor a seguirle de cerca, a ser sus apóstoles, en el sacerdocio, en la vida consagrada, en la vida ordinaria: no es cuestión de méritos, ni de cualidades, ni de otros merecimientos. Cristo llama a los que él quiere. Solo nos pide una respuesta a su llamada, una respuesta fiel, leal, entusiasta, comprometida.





A pesar de nuestros defectos, Dios nos llama, se fija en nosotros Tenemos miedo de aparecer con nuestros defectos, que el pueblo de Dios nos ayudará a corregir. Quizá no tenemos bastante fe en la Iglesia, llevada por el Espíritu.




              



cultivarseescrecer Chanel