viernes, 27 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 26/01/2016


III del T.O.
3° del salterio

Heb 9,75.24-28 /Sal 
97 / Mc 3,22-30
Jueves 26 Enero





Stos. Timoteo y 
Tito, m.o.

Paula Romana; 
Bto. Michal Kozal

PALABRA:

Marcos 3,22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: \ \ «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con \el poder del jefe de los demonios». Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre». Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.



Los sembradores de dudas
Siempre los tendremos con nosotros. Son los sembradores de dudas, para minar nuestra fe, para distorsionar la realidad, para abonar así y propiciar el campo de los abandonos. Las grandes acusaciones contra Jesús y contra el cristianismo se centran siempre en la «descalificación»: lo que aquellos letrados ponen en cuestión es si Jesús era portador de salvación o, por el contrario, tenía un demonio dentro. Es la acusación más grave, porque así no había que creerle, ni escucharle, ni seguirle. Pero Jesús soporta las peores acusaciones y las más fuertes denuncias. Con nosotros, y muchas veces a nuestro lado, estarán siempre los sembradores de denuncias y falsedades, con el fin de desprestigiarnos, para que abandonemos nuestra fe y nuestra esperanza. Jesús nos enseña a resistir, nos enseña la perseverancia.





Tu causa, Señor, es nuestra causa. Tus actitudes, las nuestras. «Nuestro vivir es Cristo», decía san Pablo. Tú eres nuestra pasión y tu Espíritu es nuestra espiritualidad. Así de fácil.





               





jueves, 26 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 25/01/2016



3a del salterio
Jon 3,1-5 10 / Sal 24
1Cor 7,29-31 / Mc
1, 14-20 (o bien He
22,3-16 /Sal16 /
Mc 16,15-18






Conversión de san Pablo;
Ananías Donato; 
Bto. Enrique Suso; 
Bto Antonio SWiadek

PALABRA:
Jon 3,1-5 10
En aquello días, vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo». Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran  ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!». Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.





Salmo 24
Señor, enséñame tus caminos.




1Corintios 7,29-31
Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.

Marcos 1,14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio». Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Los tres perfiles de la fe
Hoy nos encontramos con el primer sermón que pronunció Jesucristo: «convertíos y creed en el Evangelio». ¡Qué breve, qué sencillo, qué hermoso! Podemos reflexionar un instante sobre los tres perfiles de la fe: primero, la fe-asentimiento de la inteligencia; segundo, la fe-confianza que anida en el corazón; tercero, la fe-apropiación, conforme a las palabras de san Bernardo, cuando decía: «Yo, lo que me falta lo usurpo del corazón de Cristo». La conversión no es un «regreso» —volver atrás y cambiar de vida—, sino un «progreso», dar un salto hacia delante y entrar en el reino. Es un «golpe de audacia», un «girar hacia Dios», respondiendo a su llamada. Cristo no comienza predicando el deber sino el don; no comienza con la ley sino con la gracia.



El evangelio nos mete prisa: el momento es apremiante. Hay que responder ya, ahora, con generosidad, con radicalidad. Hoy sigue resonando la voz de Jesús: escuchémosla.










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