Cultivarse es crecer, la ira no hace nada por nadie, la paciencia es la madre del buen carácter, quienes la cultivan disfrutaran de larga vida
jueves, 26 de enero de 2017
CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 25/01/2016
3a del salterio
Jon 3,1-5 10 / Sal 24
1Cor 7,29-31 / Mc
1, 14-20 (o bien He
22,3-16 /Sal16 /
Mc 16,15-18
Conversión de san Pablo;
Ananías Donato;
Bto. Enrique Suso;
Bto Antonio SWiadek
PALABRA:
Jon 3,1-5 10
En aquello días, vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo». Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!». Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Salmo 24
Señor, enséñame tus caminos.
1Corintios 7,29-31
Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Marcos 1,14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio». Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Los tres perfiles de la fe
Hoy nos encontramos con el primer sermón que pronunció Jesucristo: «convertíos y creed en el Evangelio». ¡Qué breve, qué sencillo, qué hermoso! Podemos reflexionar un instante sobre los tres perfiles de la fe: primero, la fe-asentimiento de la inteligencia; segundo, la fe-confianza que anida en el corazón; tercero, la fe-apropiación, conforme a las palabras de san Bernardo, cuando decía: «Yo, lo que me falta lo usurpo del corazón de Cristo». La conversión no es un «regreso» —volver atrás y cambiar de vida—, sino un «progreso», dar un salto hacia delante y entrar en el reino. Es un «golpe de audacia», un «girar hacia Dios», respondiendo a su llamada. Cristo no comienza predicando el deber sino el don; no comienza con la ley sino con la gracia.
El evangelio nos mete prisa: el momento es apremiante. Hay que responder ya, ahora, con generosidad, con radicalidad. Hoy sigue resonando la voz de Jesús: escuchémosla.
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