jueves, 6 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 05/04/2017




Miércoles 05 Abril Oficio propio
He 10,34a.37-43/ 
Sal 117 / Col 3,1-4 
(o bien: 1Cor 5,66-8)
 / Jn 20,1-9







Vicente Ferrer;
Juliana de Cornillon; 
Emilia; Bto. Mariano 
de la Mata

PALABRA
Hechos 10,34a,37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».





Salmo .117
Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.






Colosenses 3,1-4
Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.


Juan 20,1-9
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro a Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llego también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.


Hoy es un buen día para «resucitar»
¡Feliz Pascua de Resurrección para todos nosotros! ¡El drama de la pasión y muerte de Cristo no termina en la cruz, sino que se abre esplendorosamente en la Resurrección El Resucitado nos transmite que, más allá de todas las evidencias que se nos imponen, la muerte no tiene la última palabra en el destino de la humanidad. ¡Cristo vive Hoy es un buen día para «resucitar» las zonas muertas de nuestra propia vida: resucitar ilusiones perdidas, proyectos abandonados, compromisos incumplidos; resucitar por dentro, en gracia y amistad con el Señor, y por fuera, en fraternidad creciente con los hermanos. La resurrección de Jesús nos invita a vivir como «resucitados», o lo que es lo mismo, a inyectar en nuestras venas latidos de vida, todo lo que nos ofrece aroma de esperanza y de plenitud.


«Basta morir y todo resucita. La muerte fue el Costado rectamente. Una cruz, una lanza que consiente. Y el agua toda al mar se precipita», canta el poeta. Danos, Señor, la resurrección nuestra de cada día, en fulgores de gracia y de amistad contigo 
                                                                      











miércoles, 5 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 04/04/2017

Vigilia Pascual
Oficio propio
Gén 1,1-2,2
Sal 103 (o bien
Sal 32)
Gén 22,1-18
Sal 15
Éx 14,15-15,1
Sal Ex 15
15 54,5-14
Sal 29
1s55,1-11
Salís 12
Bar 3,9-15.32-4,4
Sal 18
Ez 36,16-28
Sal 41 (o bien
Sal 50)
Rom 6,3-11
Sal 117
Mc 16,1-7






Na Sra. de la
Soledad;
Benito Africano;
Ambrosio; Telmo;
Cayetano (lanoso;
Bto. Francisco Marto
de Fátima




PALABRA:
Marcos 16,1-7
Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?». Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él les dijo: «No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado. Mirad el sitio donde lo pusieron. Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo».



Seamos fuego, luz y agua viva
¡Qué noche más santa, más hermosa, más emotiva! Bendecimos el fuego nuevo, encendemos el cirio pascual, abrimos el manantial del agua viva en la pila bautismal. Seamos nosotros fuego que purifica; seamos luz en medio de las tinieblas; seamos vasos de agua limpia y cristalina para calmar la sed de nuestros hermanos. En la renovación de las promesas del bautismo, renunciamos al mal y «resucitamos» por dentro. Los templos se iluminan por fuera y los cristianos nos iluminamos por dentro. Cada uno de nosotros nos convertimos en «pregones pascuales vivientes» que anuncian por todos los caminos de la tierra la resurrección de Jesús, nuestras constantes resurrecciones tras los fracasos y derrotas. Será pequeña nuestra llama, pero irradiará esperanza en todas las direcciones.



Jesús resucitado, eres el más bello de los hombres, en tus labios se difunde la gracia, porque Dios Padre te ha bendecido y resucitado en el amor del Espíritu. Has salido de la noche oscura de la muerte y como grano de trigo has fructificado asomando de nuevo tu rostro a la vida para alimentarnos con tu presencia.




           




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