viernes, 2 de junio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 01/06/2017


Jueves 01 Junio
IX del T.O.
1a del salterio

Tob 1,3; 2,1b-8 / Sal
111 / Mc 12,1-12










S. Justino, m.o 
Nª Sra. de la Luz; 
Íñigo; Aníbal Mª de 
Francia

PALABRA:

Marcos 12,1-12
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos: «Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de 1a viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías. Les envió otro criado; a este lo insultaron y lo descalabraron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o los mataron. Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían. Pero los labradores se dijeron: "Este es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia': Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Acabará con los labradores y arrendará la viña a otros?. ¿No habéis leído aquel texto: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?». Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.



La oferta de la salvación
En esta parábola Jesús se presenta como el Hijo de Dios, como el «heredero», denunciando el abuso de los viñadores, desenmascarando las falsas autoridades. De fondo, Jesucristo nos presenta el eterno conflicto que tantas veces surge entre «los dirigentes» y el «pueblo». La imagen de Dios Padre de ternuras y bondades se nos ofrece para que vivamos ese «encuentro» con Él, con su «heredero». El «encuentro» es la clave de nuestra felicidad.




                




jueves, 1 de junio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 31/05/2017


Miércoles 31 Mayo
Oficio de la s.

Dt 4,32-34.39-40 /
Sal 32 / Rom 8,14-
17 / Mt 28,16-20






Visitación de
la Virgen;

Petronila; Amelia;
Wilmar; Lupicinio;
Camila Bautista


PALABRA:
Deutoronomio 4, 32-34, 39-40
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como esta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos? Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre».



Salmo32 
Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.






Romanos 8,14-17 
Hermanos: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.


Mateo 28,16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del. mundo».

Dios es comunidad de amor
¡Qué difícil nos resulta a veces contemplar el misterio de la Santísima Trinidad! Y, sin embargo, podríamos centrar esa contemplación en una frase tan sencilla como cercana: «Dios es una comunidad de amor». Contemplamos a Dios como Padre; en Jesús como el Hijo, y en el Espíritu Santo. El Dios en el que creemos es ante todo Padre, que no se impone por su poder sino por su bondad amorosa. Este Padre se ha dado a conocer en su Hijo, Jesús, quien nos revela un Padre profundamente humano y cercano a todos los seres humanos. Este Dios actúa en la historia por la fuerza del Espíritu Santo. Tres Personas distintas y un solo Dios verdadero. Una comunidad de amor que se derrama continuamente, eternamente, sobre la humanidad. No son tres dioses: Dios es como la madre, Dios es como la Palabra, Dios es como el viento... Dios es como muchas cosas más: como el pastor, como el médico, como el agua, como el pan. Y todo eso lo sabemos por Jesús, el Hijo, el que conocía muy bien el corazón de Dios.



Dice el poeta: «Tu corazón se abría como una playa humilde, sin diques fabricados, y en la arena sumisa de tu carne, el mar de Dios entraba enteramente».











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