domingo, 11 de junio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 10/06/2017


Sábado 10 Junio
X del T.O.
2° del salterio
2Cor 3,4-11 / Sal 98 
/ Mt 5,17-19




Críspulo;Timoteo;
Amando; Mauricio;
Bto. Eduardo Pope

PALABRA:
Mateo 5,17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos».



Hacia la plenitud de nuestras vidas
La plenitud es la clave. Jesús trae una nueva ley: la del Espíritu, y Él mismo es el fin de toda ley, conforme a la expresión de Pablo en su Carta a los romanos. Cristo viene a elevar y plenificar todos los actos religiosos. San Agustín nos lo dirá con bellas ex-. presiones: «Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si está dentro de ti la raíz del amor, ninguna otra cosa sino el bien podrá salir de tal raíz» Cristo no ha venido a suprimir la ley y los profetas, sino a llevarlo todo a su plenitud Por eso, no tendrá sentido la norma sin Espíritu; ni la palabra, sin gesto hermoso qu la acompañe.



Señor, haz que nuestros pasos escojan siempre el sendero del amor que Tú proclamas como argumento central del cristianismo. La ley y los profetas; los preceptos religiosos y las normas disciplinares; todo lo que creemos y anhelamos ha de llevarnos a esa plenitud de vida, en la que se encuentra la verdadera felicidad.




           





sábado, 10 de junio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 09/06/2017

Viernes 09 Junio
X del T. O.
2° del salterio
2Cor 1,18-22/Sal
118 / Mt 5,13-16



S. Efrén, m.I.
José de Anchieta;
Bta. Ana Ma
Giannetti Taigi;
Bto. Luis Boccardo

PALABRA:
Mateo 5,13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros soisla luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».


Vidas que enriquecen
Jesús nos invita a que seamos «sal de la tierra y luz del mundo». Es decir, a que transformemos el mundo, como nos dijera Pío XII, «de salvaje en humano, de humano en cristiano, y de cristiano en santo». Esa transformación no es tarea de un día, ni de un año, sino de una vida entera. Vivimos no solo para nosotros sino para los demás. «La vida nos ha sido dada —escribía Tagore— y solo se merece dándola». El cristiano ha de sentirse «lámpara» que ofrece luz en las tinieblas; «sal» que sazona y da sabor, que da sentido a nuestro caminar. Y ha de hacerlo con sencillez y encanto, con la palabra humilde y confiada, con el gesto anónimo y hermoso, con una presencia que irradie a Cristo. Porque el cristiano tiene en sus manos la misión de hacer presente al Señor en los caminos de la historia.


Evangelizar es ir comunicando la Buena Noticia de Jesús a la posible inmensa mayoría, para ir transformando el mundo según el designio de Dios Padre. Y esa es nuestra misión: comunicar la Buena Noticia y comunicarse cada uno de nosotros como Buena Noticia viviente.

       
           





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