lunes, 3 de julio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 02/07/2017




Domingo 02 Julio
XIII del T.O.
lº del salterio
Gén 22,1-79/Sal
174 / Mt 9,1-8







Justo; Otón;
Sinforosa; Bernardino
Realino; Bta. Eugenia
Joubert

PALABRA:
Mateo 9,1-8
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados». Algunos de los escribas se dijeron: «Este blasfema». Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —dijo dirigiéndose al paralítico—: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa"». Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.


Jesús busca primero el corazón
Este milagro nos revela un gran descubrimiento: lo primero que busca Jesús es el corazón, o lo que es lo mismo, la sanación interior. Después, vendrá la exterior. Por eso, para demostrarles a todos aquellos letrados que quién ha curado al paralítico por dentro tiene también potestad para curarle por fuera, realiza aquel milagro. Jesús devuelve al enfermo la integridad corporal y moral. Restaura al hombre entero: le da la salud y le devuelve la dignidad. Hay que destacar también la actitud de aquel hombre que no se detiene, que se marcha enseguida a casa, «saboreando así su curación». Hemos de aprender a «saborear» los dones que Dios nos va ofreciendo a lo largo de nuestra vida.


Cualquier prueba por la que tengas que pasar dará como fruto crecer en el amor y en la humildad. Si no te vuelve más humilde, ni te hace crecer en la confianza, la prueba permanecerá.



                                                                                                                                                                                                                                                                      
             




domingo, 2 de julio de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 02/07/2017


Sábado 02 Julio
XIII del T.O.
la del salterio
Gén 21,5.8-20/Sal 
33 / Mt 8,28-34




Ester; Oliverio 
Plunkett; Atilano 
Cruz; Justino
Orona; Bto. Antonio 
Rosmini


PALABRA
Mateo 8,28-34
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, á la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?». Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara». Jesús les dijo: «Id». Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.


El gran reto es «abandonar» el mal
El episodio ocurre en la región de Gerasa, habitada por gentes que no eran judíos y no pertenecían, por tanto, ni a la cultura ni a la religión de Israel. No importa. Primera lección: Jesús visita y convive con otros pueblos, otras culturas y otras religiones. Segunda lección: la pobre actitud de aquellas gentes, apegadas a sus cerdos, a su materialidad, pidiendo a Jesús que se marche, que les deje tranquilos, inmersos como están en las fuerzas de la violencia y de la muerte. Prefieren el mal al bien. Desgraciadamente, se repite la situación entre nosotros: nos empeñamos en vivir en la esclavitud, de tantas ofertas de mal —todos los «paraísos artificiales»—, en vez de salir de ellos y convivir fraternalmente.



La espiritualidad de la liberación nos exigirá siempre «practicar a Dios», «ir cambiando» a Dios, de conversión en conversión, de fe en fe, de amor en amor, de servicio en servicio, de esperanza en esperanza





             





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