martes, 26 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL 25/09/2017




Lunes 25 Septiembre
XXV del TO.
lº del salterio
Ag 1,15b-2,9/Sal 
42 / Lc 9,18-22







Na Sra. de la 
Fuencisla; Nicolás de 
Flue; Marcos Criado;
Sergio de Radonez; 
Bto. José Benito

PALABRA:
Lucas 9,18-22
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro tomó la palabra y dijo: «El.Mesías de Dios». Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».



¿Quién es para nosotros Jesucristo?
El eco de aquella pregunta de Jesús a sus apóstoles resonará muchas veces en nuestras conciencias libres: «¿Quién soy yo para ti? ¿Cómo me ves? ¿Qué piensas de mí? ¿Cómo te relacionas conmigo?». No podemos dejar a un lado estas preguntas sino afrontarlas con sinceridad y ofrecer nuestra respuesta. ¿Qué contestaríamos cada uno de nosotros? Hay una respuesta que llena de alegría inmensa: «Señor, Tú eres mi salvador». ¡Cómo esponjan el alma estas palabras! Sí, Tú me ofreces en todos los momentos de mi vida la salvación, o lo que es lo mismo, el sentido de mis pasos, la alegría en mi corazón, la esperanza en tus promesas. Contigo me siento resucitado


«Señor, sálvame», dijo tu apóstol Pedro cuando se hundía en el lago de Tiberíades. Probablemente es la oración más breve del evangelio, pero también, la más hermosa. Puede salir de nuestros labios cuando nos veamos acechados por el peligro. Sentiremos, entonces, tus manos infinitas que nos devuelven la vida y a la vida.




                 



domingo, 24 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 24/09/2017 (DÍA DE LA MERCED)

Domingo 24 Septiembre
XXV del T.O.
lº del salterio
Ag 1,1-8 / Sal 149/
Lc 9,7-9







Na Sra de la Merced;
Pacífico de San
Severino; Gerardo;
Pafnucio

PALABRA:
Lucas 9,7-9
En aquél tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabia a que atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: «A Juan lo mandé a decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?». Y tenía ganas de ver a Jesús.




Realizar nuestra misión
El texto es breve pero su mensaje profundo. Nos presenta la pregunta que traspasa las entrañas de la historia: «¿Quién es Jesús de Nazaret?». Hasta el propio Herodes se ve envuelto en la polémica, «al enterarse de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse». Quién era Jesús? ¿Era un hombre como los demás? Y si era más que los demás, ¿podemos saber si era o no Dios?. Nosotros creemos en Jesucristo como Hijo de Dios vivo, creemos en sus palabras, que son palabras de vida eterna. Herodes no aparta a Cristo ni un ápice en el cumplimiento de su misión. La amenaza del poder no desvió a Jesús de seguir anunciando la Buena Noticia a los pobres, de curar a los enfermos, de dar de comer a los hambrientos, de traernos y presentarnos a un Dios Padre que nos ama con locura. Frente a todo tipo de amenaza, valentía y entrega generosa.


Señor, encontraremos en la vida mil dificultades y obstáculos. Y, aún más, el poder limitará en ocasiones nuestra libertad, y hasta es posible que nos veamos acosados y perseguidos. Deja en nosotros siempre aquella actitud tuya de audacia frente a Herodes, para que sigamos así realizando nuestra misión evangelizadora.




              





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