domingo, 8 de octubre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 07/10/2017



Sábado 07 Octubre
VII del TO.
del salterio
Jon4,1-11 /Sa185/
Lc 11,1-4






Nª Sra. del 
Rosario, m.o.
Justina

PALABRA
Lucas 11,1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación"».



La fuerza de la oración
Jesucristo nos enseña a orar, nos introduce en la fuerza de la oración. El pórtico de )da oración ha de ser la «filiación divina»: sentirnos hijos de Dios e invocarle como nuestro Padre. ¡Cuántas definiciones de la oración! Aquella, tan hermosa, del san) papa Juan Pablo II: «Orar es abandonarse en el abrazo de Dios». O esta otra más !rana de Benedicto XVI: «La oración es la respiración del alma. Si no respiramos, iorimos. Si no hacemos oración, no tenemos vida espiritual». La Madre Teresa de 31cuta nos recomendaba: «Ante todo, hay que dedicar tiempo a la contemplación y silencio, sobre todo, si vivimos en las grandes ciudades, donde todo es agitación. ) comienzo la oración siempre por el silencio». Orar es sentir el amor de Dios que se ?n'ama en nuestras vidas.

Señor, enséñanos a orar, como enseñaste a tus discípulos. Enséñanos a llamarte Padre y a sentir lo que significa: abandono total en tus brazos infinitos, confianza plena en tus caminos. Y saber que siempre nos esperas para abrazarnos.



               



sábado, 7 de octubre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES O6/10/2017



Viernes 06 Septiembre
3° del salterio
XXVII del T.O.
Jon 3,1-10/Sal 129
/ Lc 10,38-42







S. Bruno, m.I.
Adalberón; Bta. Mª
Ana Mogas

PALABRA
Lucas 10,38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del  Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano». Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán».

Primero, lo importante
El evangelio nos ofrece el contraste: Marta, que se afana por las actividades domésticas; María, a los pies de Jesús, embobada con su palabra. La queja de Marta encuentra la hermosa sugerencia de Jesús: «Nos preocupamos por muchas cosas, y, a veces, dejamos a un lado las que son realmente importantes y necesarias». Son muchas las personas que llevan en su agenda este precioso eslogan: «primero, lo importante; después, lo urgente». Hoy tenemos un recuerdo especial y una plegaria encendida por todos los que viven su vida en la consagración, en la contemplación, en el silencio y en la paz de los claustros. Especialmente, hoy, para los cartujos.

Señor, primero lo importante: la escucha atenta de tu Palabra, las señales de nuestra vocación y nuestra misión en la vida, la realización de tu voluntad, cada jornada.



                




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