Domingo 12 Noviembre
XXXII del T.O.
4° del salterio
Sab 7,22-8,1 /Sal
118 / Lc 17,20-25
S. Josafat, m.o.
Millán; Nilo;
Renato
Lucas 17,20-25
En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios, Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros». Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí, no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación».
Cristo nos habla del reino
Cristo nos habla del reino y lo hace con claridad y con sencillez. A la pregunta de los fariseos, «cuándo va a llegar el reino de Dios», ofrece algunas respuestas y destellos: primero, el reino no es una realidad aparatosa y espectacular; segundo, no se ha de buscar en los acontecimientos únicos y deslumbrantes, nada de eso, sino en la verdad de la vida honrada y justa de cada uno; tercero, Él tendrá que pasar por el dolor y la humillación de la cruz; cuarto, el reino de Dios está dentro de nosotros. ¡Cuántas veces queremos hacer del cristianismo un espectáculo divertido y apasionánte, olvidando estas hermosas pinceladas que Jesús nos ofrece de su reino!
Señor, ojalá sintamos tu reino en lo más profundo de nuestro corazón, en los latidos de nuestro amor a Ti, salvador de la humanidad, en el sentido fraternal de la historia.