lunes, 13 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 12/11/2017


Domingo 12 Noviembre
XXXII del T.O.
4° del salterio
Sab 7,22-8,1 /Sal
118 / Lc 17,20-25






S. Josafat, m.o.
Millán; Nilo; 
Renato

PALABRA:
Lucas 17,20-25
En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios, Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros». Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí, no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación».


Cristo nos habla del reino
Cristo nos habla del reino y lo hace con claridad y con sencillez. A la pregunta de los fariseos, «cuándo va a llegar el reino de Dios», ofrece algunas respuestas y destellos: primero, el reino no es una realidad aparatosa y espectacular; segundo, no se ha de buscar en los acontecimientos únicos y deslumbrantes, nada de eso, sino en la verdad de la vida honrada y justa de cada uno; tercero, Él tendrá que pasar por el dolor y la humillación de la cruz; cuarto, el reino de Dios está dentro de nosotros. ¡Cuántas veces queremos hacer del cristianismo un espectáculo divertido y apasionánte, olvidando estas hermosas pinceladas que Jesús nos ofrece de su reino!



Señor, ojalá sintamos tu reino en lo más profundo de nuestro corazón, en los latidos de nuestro amor a Ti, salvador de la humanidad, en el sentido fraternal de la historia.



                


domingo, 12 de noviembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 10/11/2017

Viernes 10 Noviembre
XXXII del T.O.
4° del salterio
Sab 2,23-3,9 / Sal
33 / Lc 17,7-10





S. León Magno,
m.o.
Nª Sra. de los
Remedios; Andrés
Avelino; Victoria;
Ninfa; Noé; Apiano

PALABRA
Lucas 17,7-10
En aquel tiempo, dijo el Señor: «Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer"».

El premio es la plenitud
Extraña un poco esta página del evangelio porque, a primera vista, parece un poco seca, tajante, sin apenas sustancia. Todo lo contrario. Nos recuerda la historia de la pequeña niña africana que llevó a la profesora una caracola preciosa, que fue a buscar hasta una playa lejana. «No debiste haber ido tan lejos para buscarme un regalo», le dijo la maestra. La niña tuvo a punto una respiiesta maravillosa: «Es que la caminata forma parte del regalo». Realizar nuestra tarea, vivir nuestra vocación, plasmar cada día los destellos de nuestra misión concreta, «hacer lo que debemos y estar en lo que hacemos», forma parte de la plenitud de nuestra vida. Justamente, por eso, nos sentimos alegres y felices.



Señor, qué hermoso es vivir nuestra propia vida, conforme al guión que nos has trazado. No es la caracola que te ofrecemos lo que cuenta, sino los latidos de nuestro corazón en cada obra bien hecha, en cada acción realizada.


                  





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