miércoles, 17 de enero de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 16/01/2018




Tiempo Ordinario/1° Salterio 1° Semana. Tomo III
Martes 16 Enero











Santos Fulgencio ob, Marcelo pp, Honorato,
Berardo y co mrs. Beata Juana M.a Condesa vg








Papa Francisco: Yo he venido para los pecadores. Se olvida, te besa, te abraza y te dice solamente: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más» Un 8,11). Sólo te da ese consejo. Después de un mes, estamos en las mismas condiciones... Volvamos al Señor. El Señor nunca se cansa de perdonar, jamás! Somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Y pidamos la gracia de no cansarnos de pedir perdón, porque Él nunca se cansa de perdonar. Pidamos esta gracia.


PALABRA:
Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él y les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador  de los impuestos y le dijo: «Sígueme». Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos.Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: «¡De modo que come con publicanos y pecadores!». Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».

ORACIÓN:
1Samuel 9,1-4.17-19; 10,1a; Salmo 20,2-7 • MARCOS 2,13-17
SEÑOR, te pido la gracia de que nunca me canse de pedirte perdón. Ese gesto es el principio de mi salvación. ¿A dónde podría ir cargado con el fardo de mis pecados? Me alienta ver tu Misericordia: no tienes asco de los pecadores: a uno lo eliges para ser tu apóstol y vas a su casa a comer con sus amigotes, publicanos y pecadores. Como Leví, quiero levantarme de mi comodidad mezquina y seguirte. (Sigue tu oración personal).

 







martes, 16 de enero de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 15/01/2018

Salterio 1° Semana. Tomo III Tiempo Ordinario/1°
Lunes 15 Enero




Santos Francisco Fernández de Capillas y co mrs, Arnoldo Janssen pb, Tarsicia vg mr



Papa Francisco: Estar en guardia contra la tentación de olvidar la Palabra de Dios, para seguir la palabra de moda. ¡También esa de la telenovela está de moda! ¡Sigamos esa: es más divertida! .., Esa actitud de mundanidad es muy peligrosa. Bueno es el corazón abierto a la Palabra de Dios, que la recibe. Como la Virgen.

PALABRA:
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la  puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados». Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: «¿Por qué habla este así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios?». Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados", o decirle "levántate, toma la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados»... entonces le dijo al paralítico-: «Contigo hablo: Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa». Se levantó inmediatamente, tomó la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo, nunca hemos visto una cosa igual».

ORACIÓN:
1Samuel 8, 4-710-22a; Salmo 88,16-19 • MARCOS 2,1-12
SEÑOR, tu palabra más importante hoy es la que fue escándalo para unos, fuera de lugar para otros, y para mí fuente de salvación: Hijo, tus pecados quedan perdonados. Es la Palabra de Dios que cura de la parálisis del alma, infinitamente más perniciosa que la del cuerpo, aunque no lo entiendan los que siguen la moda. Tú eres Dios, Amor y Misericordia. Por eso puedes y quieres perdonar mis pecados. Y, como signo inequívoco de tu divinidad, curas la parálisis que tantas veces me impide servir a los demás. (Sigue tu oración personal).









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