Tiempo Ordinario/14°
Salterio 2° Semana. Tomo III
Lunes 09 Julio
Santos Juan de Colonia pb y co mars, Verónica Giuliani ab,
N.a S." del Rosario de Chiquinquirá
Papa Francisco: [No les tengáis miedo. . . No tengáis miedo]. La vida del que ha descubierto a Jesús se llena de un gozo interior tan grande, que nada ni nadie puede robárselo. Cristo da a los suyos la fuerza necesaria para no estar tristes ni agobiarse, pensando que los problemas no tienen solución. Apoyado en esta verdad, el cristiano no duda que aquello que se hace con amor, engendra una serena alegría, hermana de esa esperanza que rompe la barrera del miedo y abre las puertas a un futuro prometedor.
Dijo Jesús a sus apóstoles: «Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos?Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo.Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo».
SEÑOR, en nuestro tiempo -y más en algunos meses del año- se da valor casi absoluto al culto al cuerpo que un día enterrarán o incinerarán. No merece la pena cuidar tanto al cuerpo que perecerá, mientras que se descuida lo único necesario: la vida del alma inmortal. Por eso me dices con misericordia: No temas a los que matan el cuerpo, sino a los que pueden destruir alma y cuerpo. Quiero ponerme de tu parte y seguirte cuidando sobre todo "lo único necesario" no puedo ser, como discípulo, más que mi Maestro. (Sigue tu oración personal)