viernes, 3 de agosto de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES DÍA 02/08/2018







Tiempo Ordinario/18° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Jueves 02 Agosto






Santos Eusebio oh, Pedroj.Eymard ph
Pedro de Osma oh, Beata Juana de Aza mf
Ntra.Sra. de los Angeles    
  

Papa Francisco: [Animo, soy yo, no tengáis miedo]. ¿Cómo se encuentra el reino de Dios? Cada uno de nosotros tiene un itinerario especial, cada uno de nosotros tiene su camino en la vida.


Para alguno el encuentro con Jesús es algo esperado, deseado, buscado por largo tiempo, como nos lo muestra la parábola del comerciante que da vueltas por el mundo para encontrar algo de valor. Para otros ocurre de forma imprevista, casi por casualidad. Esto nos recuerda que Dios se deja encontrar de una manera o de otra, porque es Él el primero que desea encontrarnos y el primero que busca encontrarnos: vino para ser el «Dios con nosotros». Y Jesús está entre nosotros, Él está aquí hoy. Lo dijo Él: Cuando os reunís en mi nombre, yo estoy entre vosotros. El Señor está aquí, está con nosotros, está en medio de nosotros.






PALABRA:
Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él  despedía a la gente.Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo enseguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!». Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua». Él le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame». Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: iiQué poca fe! ¿Por qué has dudado?». En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios». Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret.Y los hombres de aquel lugar, apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y cuantos la tocaron quedaron curados.



ORACIÓN:
Jeremías 30,1-2.12-15.18-22; Salmo 101,16-23.29 • MATEO 14,22-36
SEÑOR, me veo reflejado en Pedro:cuando me fío de ti puedo caminar sobre las aguas de la muerte, del sufrimiento, de la enfermedad. Pero cuando me apoyo en mis propias fuerzas, y dejo de mirarte, me hundo ante la más mínima prueba. ¡Contigo, al fin del mundo! (Sigue tu oración personal).
















jueves, 2 de agosto de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES DÍA 01/08/2018





Tiempo Ordinario/18° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Miércoles 01 Julio








Santos ALFONSO M. DE LIGORIO ob dc,

Pedro Fabro pb, Félix mr


 Papa Francisco: Jesús se preocupa por la gente que está con Él desde hace horas: son miles, y tienen hambre. ¿Qué hacer? También los discípulos se plantean el problema, y dicen a Jesús: «Despide a la gente» para que vayan a los poblados cercanos a buscar de comer. Jesús, en cambio, dice: «Dadles vosotros de comer». los discípulos quedan desconcertados, y responden: «No tenemos más que cinco panes y dos peces». He aquí el milagro: más que una multiplicación es un compartir, animado por la fe y la oración. Comieron todos y sobró: es el signo de Jesús, pan de Dios para la humanidad. Nos pide convertirnos a la fe en la Providencia, saber compartir lo poco que somos y tenemos y no cerrarnos nunca en nosotros mismos.




PALABRA:
Al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer». Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer». Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces». Les dijo: «Traédmelos». Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

ORACIÓN:
Jeremías 28,1-17; Salmo 118,29.43.79.80.95.102 • MATEO 14,13-21
SEÑOR, de lo que he leído me ha quedado el eco de tu mandato: ¡Dadles vosotros de comer! Hay mucha gente a mi alrededor que tiene hambre y sed de algo que satisfaga sus ansias de vida, y no te conocen. Tú me llamas a que les dé de comer: que les hable de ti, que sea ante ellos testigo de tu Palabra, de tu amistad, de tu misericordia y de tu perdón. (Sigue tu oración personal).

" Dadle vosotros de comer."
















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