Tiempo Ordinario/20° Salterio 4° Semana. Tomo IV
Jueves 16 Agosto
Santos ESTEBAN DE HUNGRÍA re,
Roque cf, Teodoro ob
Papa Francisco: Jesús nos decía: «No se puede servir a dos señores: o sirves a Dios o sirves al dinero» (cf. Mt 6,24). En el dinero estaba todo este espíritu mundano; dinero, vanidad, orgullo, ese camino... nosotros no podemos... es triste borrar con una mano lo que escribimos con la otra. ¡El Evangelio es el Evangelio! : despojarnos del yo orgulloso y despegarnos del afán de tener, del dinero, que es un ídolo que posee. Todos estamos llamados a ser pobres, despojarnos de nosotros mismos; y por esto debemos aprender a estar con los pobres, compartir con quien carece de lo necesario, tocar la carne de Cristo.
Dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios». Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo». Entonces le dijo Pedro: «Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?». Jesús les dijo: «Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El
que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros».
ORACIÓN:
Ezequiel 28,1-10; Salmo: Deuteronomio 32,26-28.30.35-36 •
MATEO 19,23-30
SEÑOR, "para los hombres es imposible salvarse, pero Dios lo puede todo". Tus palabras no dejan lugar a dudas. Por mucho que me empeñe, yo solo no puedo nada. Pero tú me das la fuerza de dejarlo todo y seguirte: es la mejor opción cristiana para quien se siente, por tu Misericordia, invitado por ti. Es la garantía de salvación cuando se toma en serio ese desprendimiento: heredar la vida eterna. (Sigue tu oración personal).