Tiempo Ordinario/31°Salterio 3° Semana. Tomo IV
Lunes 05 Noviembre
Santos Ángela de la Cruz vg, Bertila ab, Domingo Mala pb mr,
Guido M. Conforti ob. Beata María Rafols vg.
Papa Francisco: [Presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro]. ¿Nuestra vida es una vida cristiana de cosmética, de apariencia, o es una vida cristiana con la fe que trabaja por la caridad? Jesús condena esta espiritualidad de cosmética, aparentar lo bueno, lo bello, ¡pero la verdad por dentro es otra cosa! Todos nosotros creemos en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, en la vida eterna... ¡Todos creemos! Pero esta es una fe inamovible, no trabajadora. Lo que vale en Cristo Jesús es la labor que viene de la fe o mejor la fe que se hace trabajadora en la caridad, es decir, vuelve a la limosna. Limosna en el sentido más amplio de la palabra: desprenderse de la dictadura del dinero, de la idolatría del dinero. Toda codicia nos aleja de Jesucristo.
PALABRA:
Decía Jesús a sus discípulos: «Ganaos amigos con el dinero injusto,
para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que
es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero». Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta».
ORACIÓN:
Filipenses 4,10-19; Salmo 111,1-6.8.9 • LUCAS 16,9-15
a SEÑOR, valorar las cosas pequeñas y tenerte como único Dios: dos consejos para mi vida, hecha de pequeñas obras, sin dejarme esclavizar por el poderoso caballero que es el dinero. ¡Porque tú eres mi único Dios y Señor, en quien encuentro la verdad que me hace libre y la vida que jamás terminará, por tu infinita misericordia! (Sigue tu oración personal).