sábado, 1 de diciembre de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES DÍA 29/11/2018





Salterio 1° Semana. Tomo l. Adviento/1°
Jueves 29 Noviembre





Santos Saturnino mr, Iluminada vg, Francisco A. Fasani pb.

Beato Bernardo E de Hoyos pb



 Papa Francisco: Cristo alaba y da gracias a su Padre, porque ha decidido revelarse a quien no cuenta nada para la sociedad. Te alabo, oh Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y . entendidos, y las has revelado a los pobres. Sólo a aquellos que tienen el corazón como los pequeños, que son capaces de recibir esta revelación, el corazón humilde, manso, que siente la necesidad de orar de abrirse a Dios, se siente pobre. La pobreza es la dote privilegiada para abrir la puerta del misterio de Dios. Muchos pueden conocer la ciencia, la teología también, ¡muchos! Pero si no hacen esta teología de rodillas, es decir, humildemente, como los pequeños, no entenderán nada. Nos dirán muchas cosas, pero no entenderán nada. Sólo esta pobreza es capaz de recibir la Revelación que el Padre da por medio de Jesús, a través de Jesús. La grandeza del misterio de Dios sólo se conoce en el misterio de Jesús y el misterio de Jesús es realmente un misterio del rebajarse, aniquilarse, humillarse, que trae la salvación a los pobres a los que están aniquilados por muchas enfermedades, pecados y situaciones difíciles. Pidamos al Señor en este tiempo de Adviento, acercarnos más a su misterio por el camino de la humildad, de la mansedumbre de la pobreza, de sentirnos pecadores.





PALABRA: 
Lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús: «Te doy gra-
cias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes, desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».

ORACIÓN:
Isaías 11,1-10; Salmo 71,2.7-8.12-13.17 • LUCAS 10,21-24

JESÚS, también yo uno mi voz a la tuya para dar gracias al Padre porque ha elegido a la gente sencilla para revelarle la palabra de vida, que eres tú. ¿Me ves entre los que te escuchan? Prefiero estar entre los sencillos elegidos que entre los sabios y entendidos. Sí, quiero ser discípulo tuyo, amigo tuyo, y, con tus apóstoles, ver lo que ellos vieron y escuchar lo que tú enseñas. Hoy te pido que alejes de mi corazón el orgullo y me des la mansedumbre y la humildad del corazón cristiano. (Sigue tu oración personal).
















jueves, 29 de noviembre de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES DÍA 28/11/2018







Salterio 1° Semana. Tomo 1 Adviento/1°
Miércoles 28 Noviembre







Santos Catalina Labouré vg, Esteban mj mr,
Andrés Trán mr



Papa Francisco: En el episodio del centurión que se postra ante Jesús para pedirle que cure a su siervo, el Señor se maravilló de la fe que tenía. Había hecho un camino para encontrar al Señor. Pero lo había hecho con fe. Por ello no sólo encontró al Señor, sino que sintió la alegría de haber sido encontrado por el Señor. Y este es precisamente el encuentro que nosotros queremos, el encuentro de la fe. Encontrar al Señor, pero dejarnos encontrar por Él. ¡Es muy importante! Cuando sólo nos limitamos a encontrar al Señor, somos nosotros —pero esto digámoslo entre comillas— los"dueños"de este encuentro. Cuando, en cambio, nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra dentro de nosotros y nos renueva completamente. Esto es lo que significa que venga Cristo: rehacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino. Comenzamos este camino con la oración, la caridad y la alabanza, a corazón abierto, para que el Señor nos encuentre.






PALABRA: 
Al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo». Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy quién para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace». Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino e los cielos».

ORACION:
Isaías 2,1-5; Salmo 121,1-9 • MATEO 8,5-11
JESÚS, quienes no te conocían y descubren la grandeza de tu amor, se quedan deslumbrados, y nos dan lecciones de fidelidad a quienes desde que nacimos vivimos en ambiente cristiano. Yo quiero mirarte con ojos nuevos, dejándome sorprender por la grandeza de tu amor, para amarte con corazón nuevo. (Sigue tu oración personal).

Basta que lo digas de palabra.

















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